Reseña. Siempre fue Georgie

Siempre fue Georgie, de Kate Clayborn

Editorial - Titania
Género - Romántica actual
Puntuación ★★★★☆

Georgie Mulcahy ha trabajado durante años como asistente personal, y ha forjado su reputación profesional anteponiendo las necesidades de otros a las suyas propias. Cuando un cambio inesperado la aleja de su frenético trabajo en Los Ángeles y la lleva de regreso a su ciudad natal, Georgie debe enfrentarse a una incómoda verdad: sus propios deseos y necesidades siempre han sido una desconcertante página en blanco.

Pero entonces encuentra un diario de cuando era adolescente, lleno de ilusiones que una vez soñó con cumplir. Para una Georgie abrumada, las ideas sencillas del diario son un salvavidas, una guía para comenzar un nuevo camino.

Pero sus planes se topan con un imprevisto cuando se encuentra cara a cara con un compañero de piso inesperado: Levi Fanning, quien fuera el gamberro de la ciudad y actualmente, un ermitaño. Sin embargo, ese hombre callado y gruñón es mucho más amable de lo que cuenta su reputación, y se ofrece a ayudar a Georgie. Mientras ambos van avanzando para completar su lista de deseos, Georgie empieza a darse cuenta de que lo que realmente desea quizás no esté en las páginas de su diario. sino justo a su lado. Solo necesitan encontrar la manera de dejar atrás el pasado que los retiene.

 

Opinión personal

Siempre fue Georgie, no solo es un libro con una estética perfecta en forma de portada, también cuenta con una sinopsis del todo dulce, que te motiva sin duda a tomar su título a modo de fiel propósito de lectura, una promesa de entretenimiento única y diferente.

Esta novela de Kate Clayborn, es una carta de presentación escrita bajo el paraguas del género romántica actual. Una historia autoconclusiva que narra las peripecias de Georgie, una chica que pierde el trabajo y decide volver a su casa, dándose cuenta en el proceso, de que no consiguió alcanzar los viejos sueños de la niña que fue, un error que sin duda tratará de subsanar con la inestimable ayuda de Levi, un personaje seductor y atractivo que vive bajo la sombra del dolor que le lleva al pasado. En sus 341 páginas, su autora se afana por describir y dar forma a un romance especial que se torna pronto en una grata sorpresa, puesto que ha superado con creces mis expectativas previas, aun escudándose en una natural sencillez que no sorprende del todo, pero que sí cautiva y es que, a pesar de que su argumentación así lo desliza, su dulzura y delicadeza traspasan sus líneas escritas, convirtiéndose así en una novela que se hace necesaria, que atrapa desde su mismo primer capítulo.

Sus protagonistas, cuentan con unas personalidades reforzadas en su argumentación. Aunque no son en exceso complejas, si que cuentan con aristas llamativas, muy capaces de ofrecer una red de giros argumentales y dramáticos que copan con facilidad escenas risueñas, naturales, maduras y repletas de una dosis equilibrada de emotividad. Son personajes que pueden describirse como clásicos, que sorprenden por los ingredientes expuestos a su alrededor y es que, en su conjunto, crean una atmósfera agradable que te hace irremediable sucumbir ante lo narrado. Especial mención debe hacerse de Levi, un chico de claroscuros, que esconde tras su fachada un halo de pesar inconfundible que, poco a poco va resolviéndose a medida que ambos, Georgie y él crecen emocionalmente. El cambio de perspectiva entre ellos, ayuda a componer el mapa narrativo que la autora construye con esmero, conociendo cada pensamiento interno de ellos y acompañarlos el su proceso de madurez.

Kate Clayborn, se ha convertido con tan solo este libro, es una autora imprescindible. Sus recursos como autora, le hacen valerse de las mejores recomendaciones, destaca ante todo su elegancia y su habilidad para transformar lo habitual y lo sencillo en algo sutilmente extraordinario.  Su versión de la romántica más clásica y alejada de acostumbrados erotismos, le hace centrar la atención en lo que importa, en su eje argumental central y en dar forma a los sentimientos, para que estos resulten del todo cercanos y creíbles. Los diálogos que copan sus páginas, son del todo preciosos, emotivos, directos y certeros en su intención de conmover y te animan a leer todo el tiempo.

Sus 24 capítulos no son ciertamente concisos, un hecho que no le aleja de la agilidad más esperada. Es un libro que se lee especialmente bien y que, a pesar de no contar con un acostumbrado epílogo, sí que se despide del lector de la manera más perfecta. Puede darse el caso de que su lectura ocupe tan solo dos días de nuestro tiempo y es que su evolución detallada y su más que correcta construcción, valiéndose de los elementos literario más tractivos, convirtiéndose así en el mejor de los motivadores para conocer cada mínimo detalle de su historia.

Siempre fue Georgie, es un libro que se ha convertido en una más que grata sorpresa, una historia óptima, recomendable y necesaria, que se sirve de la mejor y más natural romántica, para narrar una historia que araña la piel con su sencillez y su transcurso delicado.