Editorial - Planeta
Género – Romántica contemporánea
Puntuación ★★★★☆
Luka recurre a la música para comprender sus pensamientos. Nora la utiliza para huir de ellos.Ambos están decididos a ignorar lo que ocurrió entre ellos aquella noche. Mientras Luka trata de reconducir su vida, ahora que ha salido de ese agujero que lo consumió el año pasado, Nora sigue con lo que mejor se le da: mentir. Ha hecho creer a sus padres que tiene un trabajo, un novio y una vida perfectos, como su excelentísima hermana Margot.Cuando, por caprichos del destino, Nora y Luka se ven obligados a convivir, el pasado sigue haciendo mella en ellos. No se llevan bien, pero pronto descubren que los dos se necesitan mutuamente, así que llegan a un acuerdo: Luka ayudará a Nora a mantener la farsa con su familia a cambio de que, cuando llegue el momento, ella le devuelva el favor. Total, fingir una relación tampoco tiene que ser tan difícil, ¿no?Con todas las cosas que los diferencian, ¿quién iba a decir que tendrían tantas otras en común?
Opinión personal
Después de leer los dos anteriores libros, la elección de
esta nueva publicación de la autora estaba por completo garantizada, más
teniendo en cuenta las gratas opiniones cosechadas. Esta novedad, posee un
argumento que, sin duda, acrecienta las expectativas respecto a dos personajes
con gran facilidad para seducir y que ya anteriormente, prometían grandes
dosis de entretenimiento. Conviene advertir que deben leerse los libros por
orden, puesto que los acontecimientos narrados en Todos los lugares que
mantuvimos en secreto, tienen vital importancia en esta nueva publicación
de la autora.
Nuestro lugar en el mundo es, desde su primera
página, un libro perfecto, una historia de amor delicada, en la que los
sentimientos pretenden estar siempre en el centro, para así convertirse en el
eje vertebrador de una trama cuyos matices únicos hacen de su historia una
recomendación. Aunque algunos de los más míticos clichés del género están
presentes en sus páginas, la autora ha sabido con acierto presentar una
propuesta que no decepciona. Su paisaje literario, es decir el tópico de
relación falsa implantada entre sus personajes, es un escenario que propicia el
crecimiento personal de ambos, conocerlos mejor a medida que los sentimientos
románticos van surgiendo de manera natural, gracias a escenas ágiles y diálogos
que saben bien expresar las emociones. De este modo y a través de sus acertados
capítulos, se implanta una lucha constante por la superación de un dolor
marcado por la pérdida y la persecución de un sueño. La presencia de cierto
erotismo en su historia, seña de identidad del género, se justifica como un
mero acompañamiento en su romance, que solo busca completar su trama y hacer
que esta sea realista. La autora, ha decidido apostar por un componente de
mayor profundidad, con un ligero toque dramático que, aunque es una constante
dentro del relato, no ensordece los demás elementos y tan solo adereza y aporta
esa sensación de ser partícipe de una novedad que, aun no distanciarse mucho de
lo acostumbrado, sí que hace un esfuerzo por ser una narración diferente,
sustentada por entero en las emociones.
Luka y Nora, han resultado ser una pareja extraordinaria,
que se complementa bien y se acerca desde el principio al lector. Es Luka
quizás el personajes más llamativo y más completo, su lucha interna derivada de
sus adicciones y el luto en el que vive, hace que sea el protagonista esencial
de su historia, un personaje reforzado sin duda por Nora, una compañera de viaje
con una personalidad aparentemente arrolladora, pero que esconde también su
propia batalla personal y familiar. Las personalidades de ambos, se
encuentran bien definidas y aunque su crecimiento personal no sea del todo elaborado,
cuenta con el suficiente color como para convencer bajo un prisma sencillo. Inma
Rubiales, ha vuelto a crear dos personajes principales de gran madurez, que
capitanean bien su propia trama y se acercan a las altas expectativas generadas
desde el pasado libro. El intercambio de perspectivas entro ellos, hace que
sean dos protagonistas de lo más interesantes, puesto que, gracias a ese
recurso tan típico, el lector puede conocer de primera mano, cada uno de sus
miedos, sueños y sus fortalezas, ser testigo de sus batallas personales. Ambos configuran,
por tanto, un romance nutrido, con el que se conecta bien.
Las tramas de Inma Rubiales comienzan a ser ya un constante sinónimo
de buena lectura. Todas y cada una de sus obras, logran no solo brindar la
oportunidad de descubrir un romance pausado, sino que además encandila por su delicadeza,
haciendo que la romántica contemporánea esté en un lugar privilegiado en tu
estantería. Tiene especial habilidad para ahuyentar el aburrimiento y cualquier
conato de decepción, sus relatos son certeros e incluso tratan de ir más allá
del mero y tradicional entretenimiento, busca llegar al lector, acariciar su
sensibilidad. A pesar de que este nuevo libro no ha llegado a ser uno mis
favoritos de toda su bibliografía, lo cierto es que es una lectura encantadora
y de una dulzura que se acoge muy bien, un libro que sin duda ayuda a
enamorarse de sus personajes. Su fino toque de la música como telón de fondo,
sin duda es un punto positivo a tener en cuenta, puesto que propicia un
ambiente cálido a la historia.
A pesar de su alto número de páginas, es un libro que se lee
en un suspiro, puesto que es imposible hacer descansar a su lectura por la comodidad
que esta brinda. Repleto de giros argumentales mesurados, de manera muy
natural, se observa una evolución romántica algo lineal, que va cociéndose a
fuego lento y de manera serena. De su historia, se guarda sin duda muy buen
recuerdo y aunque su epílogo apenas ofrece detalles románticos de su pareja, si
que cose una herida mantenida en el tiempo y que ayuda a confeccionar esa idea
de que se trata de un libro de lo más completo. Sin duda alguna, una lectura
que sabe bien sacar partido a viejos clichés.