Reseña. Seduciendo al mejor amigo de mi hermano (J. Lynn)

Seduciendo al mejor amigo de mi hermano, de J. Lynn

Serie - Gamble brothers 01
Editorial - Agua Editorial
Género - Romántica actual
Puntuación ★★☆☆☆

Madison Daniels adora al mejor amigo de su hermano desde que eran niños. Todo el mundo piensa que ella y Chase Gamble serían la pareja perfecta, pero hay dos problemas. El primero, que Chase ha renunciado a todo tipo de relación romántica y, el segundo, que desde que se acostaron hace unos cuatro años no pueden dejar de discutir. La boda de su hermano hace que firmen una tregua para no estropear el día a su hermano. Pero acaban viéndose obligados a convivir en una suite de los años 70, horrorosa, y a sobrevivir a un montón de accidentes. Mientras, su familia intentará demostrarles que su chispa puede usarse para algo más que para pelear.

Opinión personal

Se trata de un libro que, sin duda alguna, seduce por su escaso número de páginas. Una novela un tanto corta, que ofrece la posibilidad de disfrutar de una historia distendida, exenta de presión y cuya sencillez, convence a todo aquel lector que, como yo, atraviesa una etapa de lectura un tanto negativa y tan solo busca disfrutar de un entretenimiento liviano que le ayude a superar tal situación.

Seduciendo al mejor amigo de mi hermano, es una historia que hace alarde de aquellos elementos más comúnmente reconocidos por el género, cuyo ritmo y evolución ya denota una agilidad propia de su extensión. Se trata de una romance escasamente complejo, adornado por una sensualidad siempre presente, pero capaz de compartir protagonismo con las emociones más personales, aun cuando estas no están del todo desarrolladas en sus páginas. La premisa de su trama es clara, así como su paisaje literario, la celebración previa de una boda llevará a sus personajes a hacer frente a la atracción mutua que han ido compartiendo con el paso del tiempo y que, debido al miedo al que dirán, la han combatido sin resultados satisfactorios, pero tras un error en la reserva del hotel, la cercanía de ambos se hará más fuerte y con ello se tendrá que reconocer aquellos sentimientos escondidos y los malos entendidos fruto de la situación.

Madison, la protagonista de esta historia, encarna el perfil más reconocido de la literatura romántica actual. Su figura como personaje principal, quizás no goza del peso argumental más reconocido, puesto que la falta de gran dosis de profundidad, le hace apenas conectar al completo con el lector, por la ausencia de emoción en el relato, pero es cierto que el marco temporal tampoco da muchas oportunidades para el detenimiento de ciertos aspectos personales. Su combinación con Chase, sí que en verdad, le lleva a poder destacar un poco más y animar a que su lectura no se aleje del todo su espectador. Ambos personajes, no se revisten de una evolución detallada, sino que su sencillez más evidente, les lleva a capitanear su trama sin recurrir a complejidades que adornen y sumen mayor atractivo. Si que es cierto, que se tratan ambos de una pareja que sabe bien capitalizar la historia y encarnar un romance resolutivo, especiado con ingredientes livianos pero efectivos, que dan lugar a un entretenimiento básico que no emociona, pero tampoco decepciona en exceso si con su primera página, uno tiene claro a que atenerse con su historia.

Jennifer L. Armentrout, bajo el sinónimo de J. Lynn, ofrece la oportunidad de disfrutar de una historia corta, que se lee en apenas un suspiro. Aunque su estilo como escritora ya está sobradamente fundamentado, sus mayores reclamos literarios apenas llegan a aparecer entre las páginas de este libro, pero aun con ello, sigue siendo una oportunidad buena de disfrutar de sus potenciales recursos. Su objetivo de resultar directa, le hace rodearse de un sinfín de escenas concisas, poco propicias a generar consigo grandes giros argumentales. No hay sorpresas en ninguno de sus capítulos y eso le lleva a no capturar del todo la atención del lector. Su falta de mayor carácter argumental, ofrece un bajo nivel de conexión notable, de la mano de un romance poco o nada evolutivo y con una fortaleza un tanto mínima, que le lleva a apenas detenerse en el proceso más evidente del enamoramiento.

La nula complejidad mostrada, le hace ser una novela que se lee en apenas hora y media, un historia liviana que si cumple con el objetivo de mantener al lector ocupado y alejarle de la duda sobre que leer. Su autora, siempre ha logrado ser sinónimo de entretenimiento y aunque, con esta historia no sacia la demanda de romanticismo, al menos de manera plena, si que vuelve a convertirse en una opción ineludible, aun cuando el resultado no se del todo satisfactorio, puesto que debe valorarse positivamente su constante esfuerzo por llegar al lector. Los capítulos que componen esta obra, son cortos lo que favorece su lectura y es que, en este punto, debe admitirse que se trata de un libro que se lee bien y que te conduce hacia un final esperado y predecible que ayuda a decir adiós a su pareja.

Seduciendo al mejor amigo de mi hermano, es un libro alejado de profundidades, cuya sencillez le permite ser un libro básico sin sobresaltos, quizás demasiado lineal y nada emotivo, que no engancha o atrapa como uno hubiera llegado a pensar, aunque debe valorarse su amplio esfuerzo por convertirse en una lectura que pretende alejar al lector del temido aburrimiento.