Reseña. God of malice

God of malice, de Rina Kent

Serie - Legado de dioses 1
Editorial - Montena
Género - Dark romance
Puntuación ★★★★☆

He llamado la atención de un monstruo.

Yo no lo he buscado.

Ni siquiera lo he visto venir.

Y, cuando por fin me doy cuenta, ya es demasiado tarde.

Killian Carson es un depredador envuelto en el más sofisticado encanto.

Una persona fría, manipuladora y cruel.

Lo peor de todo es que nadie ve su lado malvado.

Pero yo sí.

Y eso me costará todo lo que tengo.

Huyo, pero ¿sabéis qué pasa con los monstruos?

Que siempre te persiguen.

 

Opinión personal

God of malice se desarrolla dentro de los muros de la universidad, entre tres clubs rivales formados por familias influyentes, a los que no les importa recurrir a tácticas cuestionables, con tal de conseguir poder y el respeto entre sus élites. Tras una dolorosa perdida, nuestra protagonista debe afrontar los miedos que aquello le conlleva y es ahí cuando le conoce a él, uno de los integrantes más fríos y peligrosos de los Paganos, uno de esos clubs. La relación entre ellos comienza de manera forzada, sustentada sobre los pilares del erotismo, para dar luego paso a una trama reforzada por elementos argumentales de mayor importancia, secretos y sentimientos que se entremezclan entre medias de una evolución no del todo elaborada, pero con el suficiente carisma como para destacar y, por tanto, atrapar. Es un libro que pertenece a un género polémico y oscuro, que lleva a componerse de escenas en ocasiones, un tanto delicadas que, con total seguridad, no serán del agrado de todos los lectores, es una historia cruda que tiende a chocar contra el lector, pero a la vez, sabe mostrarse como una lectura realmente entretenida y que logra conectar con su espectador, por ese aura redentora de su protagonista principal, que ayuda a reconciliarse con su figura y a que esta, no desagrade sumamente.

Killiam es el perfecto reflejo de un personaje de grandes aristas. Su naturaleza de psicópata, le hace ser un protagonista en constante lucha contra sus instintos asesinos, sin embargo, tales impulsos le hacen llevar a cabo otros de dudosa naturaleza, lo que da origen a su historia y a la temática en la que se refugia. Su construcción personal, le lleva a gozar de una construcción literaria en la que se incide de manera demasiado liviana en aquellos aspectos de tintes más dramáticos, pero que, sí se encuentra perfectamente condimentada, puesto que estamos ante una personalidad bien definida, haciendo que resalte y, sobre todo, resulte convincente, convenciendo con ello. De su mano, se alude a esa naturaleza oscura que, poco a poco, va transformándose, a medida que los sentimientos parecen asentarse en la pareja. Glyndon en cambio, resulta ser una protagonista más acotada a los elementos tradicionales y comúnmente reconocidos, aunque eso no le hace desprenderse de su personal toque entretenido, pero es quizás la protagonista con menor evolución, al ser esta algo más plana en comparación con él, pero eso sí, esta estudiante de arte atormentada por sus miedos e inseguridades, cala bien y anima a leer. Ambos, transforman la trama tejida a su alrededor, dando lugar además, a un romance supeditado a la sensualidad más directa y constante, en el que no se escatima detalle, aunque se ha de advertir que dicho contenido, encaja perfectamente con la cruda naturaleza argumental y no desentona en ningún momento, convirtiéndose en un elemento que puede percibirse como equilibrado.

Es el primer libro que leo e la autora Rina Kent y debo admitir, que posee un estilo que cala en el lector, llegando a convencer incluso, cuando ciertos aspectos de su novela chocan frontalmente conmigo. Su estilo directo y conciso, le lleva a crear escenas que casi, se leen solas y que propician una lectura amena, que ayuda a configurar una más que positiva opinión. A pesar de la crudeza y de esos aspectos más controvertidos, sabe bien reconducir su historia y dejar tras de sí, un poso de comodidad que, hacia su parte final, se agradece enormemente. Siendo como es, el primer libro de una serie, logra capturar la atención y convencer respecto a la futura lectura de los sucesivos libros por publicar. Su autora, sabe bien recrearse en aquellos elementos que mejor definen al género del dark romance, sin olvidarse de ese contenido más abiertamente romántico que siempre es tendente a convencer al lector.

Es un libro que se deja envolver, desde sus primeras páginas, en un ritmo totalmente ágil, propiciado sin duda por capítulos concisos, en los que se da un acertado cambio de perspectivas entre personajes principales, lo que ayuda a acercarse a ambos y conocer cada parte de ellos. Su transcurso, se vale de alicientes capaces de capturar la atención, sin duda debido, a la naturaleza tan diferente de su protagonista masculino y a sus circunstancias personales tan caóticas y es que no es fácil capitanear el relato de la mano de un psicópata. Aun cuando sus giros argumentales son mayormente lineales y apenas esconden tras de sí, grandes sorpresas, sus últimas páginas, se revisten de una acción argumental sumamente atractiva y que te conducen hacia un final, cercano a la romántica contemporánea más natural, lo que ayuda a configurar su lectura como recomendable y capaz de alcanzar el tan acostumbrado objetivo de entretener.

God of malice es el perfecto ejemplo de lo que el dark romance puede llegar a ofrecer. Para comenzar su lectura, se ha de estar seguro de lo que en su interior se va a desarrollar, circunstancias chocantes e incluso incómodas, por el nivel de violencia que puede describirse a lo largo de su lectura. Una vez informado de ello, puede llegar convertirse en una lectura sumamente entretenida, capaz de hacer que te reconcilies con el género, como ha sido mi caso.