Reseña: God of pain, Rina Kent

God of pain

Saga -
Editorial - Montena
Género - Dark romance
Puntuación ★★★☆☆

He cometido un terrible error.

Siendo una princesa de la mafia, sabía que mi destino ya estaba decidido.

Pero seguí adelante y deseé a la persona equivocada.

Creighton King es una bandera roja con un envoltorio delicioso.

Es melancólico y obviamente no está abierto a una relación.

Así que pensé que nunca ocurriría.

Hasta que él ha despertado una bestia dentro de mí.

Me llamo Annika Volkov y soy la peor enemiga de Creighton.

Él no se detendrá hasta dominarme.

O hasta que yo lo domine a él.

Opinión personal

Tras las buenas sensaciones cosechadas con el primer libro, era natural caer rendida ante los encantos de la nueva pareja de protagonistas, de la conocida saga de Rina Kent. Aún cuando su sinopsis, apenas deja entrever, detalles que pudieran considerarse altamente atractivos, conocer de antemano la realidad personal de sus nuevos personajes, te ayuda a tener la certeza, de que se trata de un libro que hay que leer sí o sí.

God of pain, sigue la estela de su predecesor, un new adult con evidentes toques de dark romance. De esta manera, su argumentación, alude a una serie de elementos que bien pudieran calificarse como controvertidos y es que, sus personajes se definen bien dentro del paradigma del antihéroe argumental de la romántica tal cual se conoce, siendo así, unos villanos que sin complejos se rodean de absoluta oscuridad. Lo nuevo de esta autora, bebe de una romántica profundamente erótica, en el que lo físico reina sobre cualquier otro matiz, un hecho que ya define a la perfección el estilo de Kent y que se acompasa bien a su predecesor. Quizás, en esta nueva ocasión, se ha querido buscar más la aprobación del lector más acostumbrado a los relatos repletos de sensualidad, emulando para ello otras historias pasadas dentro de la temática, pero sin perder el toque único de Rina.  

Gracias a que está escrita desde ambos puntos de vista, el lector puede llegar a percibir, que es testigo de excepción de todos los elementos que componen este relato. La construcción personal de ambos, se confecciona en base a un pequeño misterio en forma de pasado, lo que adereza y anima a leer, preso de los acontecimientos que van narrándose bajo la lupa de un detalle, lo suficientemente preciso como para captar la atención. Annika y Creighton, son desde el principio, una pareja que hace alarde de una gran química, sin embargo, se pierden entre el desarrollo puramente erótico, puesto que en ocasiones se pierde de vista los sentimientos, aunque si bien las emociones de ambos están bien estructuradas y pronto encuentran su propio hueco en la trama. Creighton, es uno de esos protagonistas que, sin esfuerzo, cautivan por el dolor que esconde tras su silencio y por lo taciturno de su comportamiento. En él reside una complejidad, que ayuda a completar el relato y que se complementa bien con lo predecible, de la mano de la sencillez más puramente elemental de Annika. Su romance, resulta entretenido, aun cuando le cuesta atrapar e incluso acercase a las más que positiva opinión del primero de los libros.

Rina Kent, es capaz de desarrollar un dark romance que, aun echando mano de ciertos tópicos, traslada esa sensación de ser algo único, tendente a sorprender. Se trata de una autora totalmente recomendable, a la que no le importa resultar predecible, sino más bien convertirse en esa opción de lectura futura, siempre cercana a alcanzar las expectativas. A pesar de su trama oscura, lo cierto es que se percibe un rastro de elegancia en aquellas escenas más controvertidas, que ayudan a rebajar la tensión, haciendo que no se choque frontalmente con su relato. Uno de los principales "peros" de esta lectura es sin duda, su falta de dinamismo romántico, puesto que se asienta demasiado en unos viejos esquemas argumentales a los que les falta chispa, lo que te lleva a no conectar del todo con sus personajes.

Aunque no ha resultado ser ese "libro soñado", lo cierto es que es una historia que se lee muy bien, ágil en su mayor parte. Un segundo libro, escrito como continuación, que te abre la puerta a su tercera entrega. A lo algo de su lectura, puede llegar a añorarse a sus protagonistas pasados, puesto que su presencia es del todo mínima, incluso prácticamente inexistente, más allá de meras referencias. Sus capítulos, los cuarenta en total, son en su mayor parte concisos y a pesar, de su gran número de páginas, son ellos los que amenizan, gracias a su descripción directa y la constante presencia de diálogos que imprimen en la historia un ritmo, en ocasiones, endiablado. Sí que en verdad, en sus últimas páginas, se aprecia una premura que ensordece un poco su romance, puesto que hay detalles en la historia que ambos comparten, que hubiera estado bien que la autora los hubiera explotado más, pero aún así, se vale de un final óptimo y que anima a proseguir en la lectura de esta saga.