Editorial – Phoebe
Género – Romántica contemporánea
Puntuación ★★★★☆
Mi exnovio —y también mi primer amor— estaba a punto de casarse, pero su prometida lo engañaba.Sentí la tentación de enviarle un mensaje para contárselo, pero no sabía si eso me convertiría en una mala persona.Echando la vista atrás, debería habérmelo pensado dos veces antes de actuar.Si no me hubiera entrometido y lo hubiera dejado estar, habría podido dedicarme a curar mis heridas del pasado y a centrarme en mi patética vida.Pero, claro, a lo mejor él tampoco debería haber respondido…
Opinión personal
Los libros de Whitney G. Siempre consiguen su objetivo, sus
historias por lo general, de corte sencillo, le llevan a ser una opción de
entretenimiento que siempre logra confeccionar una comodidad que propicia la conexión con su trama y una sensación de
inmejorable opción, solo justificada por el estilo de una autora altamente
recomendada.
En los últimos tiempos, las editorial Phoebe ha
optado por publicar sus novelas cortas, pequeños retazos de romance en forma de
libro, que sirven al lector para desconectar y disfrutar de aquellos elementos
de la escritura romántica más habitual, sin necesidad de experimentar con la vieja fórmula, sin olvidarse de un importante grado de interés. Te
escribiré siempre, es una historia sin sorpresas, relato propio de una
romántica contemporánea, que no se deja nada en el tintero para convencer, con
una sucesión de ingrediente que, aun siendo estos sencillos, tienen gran
facilidad para atrapar. Entre sus páginas, se narra una historia de
segundas oportunidades, en la que las descripciones son livianas, pero sin
restar ni un ápice de importancia a las emociones más humanas de sus
personajes, haciendo gala de un evidente rastro de madurez muy bien acogido.
Dahlia y Everett forman una de esas parejas con las que es
fácil conectar. Que ambos vivieran un romance previo, resulta atractivo en la
configuración de este nuevo encuentro, conocer los porqués de su ruptura, así
como descubrir que esos viejos sentimientos siguen vivos a pesar del tiempo
transcurrido. La autora, ha sabido enfocar bien sus figuras como
protagonistas, revestirles de cierta importancia, para que estos fueran lo
suficientemente llamativos como para no pasar desapercibidos. Es verdad
que, debido al escaso número de páginas de esta historia, no se apuesta por una
profundidad detallista, pero es una falta que no se hace notar y que se corrige
con el estilo de la autora, con esa apuesta constante por relatar un romance
suficientemente interesante y natural. A pesar de la "prontitud" con la que se resuelve su historia, resalta fácil conectar con ellos y sentir que sus personalidades son completas, al complementarse bien entre ellos.
Whitney G., siempre es sinónimo de gran entretenimiento, sus
historias con gran frecuencia seducen y se convierten en una alternativa
satisfactoria. La naturaleza de estas novelas cortas, trata de servir de
opción dinámica, en la que los giros argumentales son sosegados, predecibles,
pero también efectivos. La importancia de estas historias radica en que son
necesarias para desconectar y, sobre todo, servir como opción para todos
aquellos lectores que solo buscan disfrutar de unas horas sin gran complejidad.
Romance y sensualidad se fusionan, sin olvidarse además de ese toque elegante y
esa sensibilidad que tan bien define a esta escritora.
Como novela corta, su agilidad hace que se lea en apenas una
hora esta nueva historia de la autora. Se estructura en capítulos concisos, de
escasas páginas y en los que se realiza un intercambio entre perspectivas de
sus protagonistas, desarrollando con ello escenas directas y diálogos
constantes que amenizan y que te conducen a un final, que no deja de
representar los elementos más reconocidos de la novela romántica actual, con pequeños retazos de futuro, que cierran bien y hacen de ellos una despedida acorde con las expectativas. Te
escribiré siempre, es un libro poco dado a la decepción y que te libra del
aburrimiento, certificando además a su autora, como una de las escritoras del
género más necesaria, por su capacidad para conocer al lector.