Las mejores lecturas del verano

 Ya se da por terminado el verano y, como es costumbre ya en este blog, repaso esas historias que han copado mis días de vacaciones, escogiendo sobre ellas las consideradas "mejores lecturas". Lo cierto, es que este año han sido muchos los libros que han conseguido emocionarme y ofrecerme aquello esperado dentro de la literatura romántica, por ello he seleccionado las tres más características y las tres que, por el momento, he reseñado para que así podáis leer con profundidad mi opinión sobre sus historias tan especiales y románticas.

Después de caer, ha sido una lectura veraniega del todo refrescante y evocadora. Desde su primera página, ha resultado fácil caer rendido ante lo narrado, toda la atención ha estado centrada en disfrutar de un romance cargado simbolismo, donde el perdón y las lecciones de vida copan cada línea escrita. Posee un romanticismo escrito bajo un ritmo no demasiado vertiginoso, evocadoramente lento para disfrutar de cada matiz y del crecimiento personal de cada protagonista. Por el cariz de su historia, era necesario que cada palabra contara con un especial significado, que la maduración de los personajes fuera realista debido a la cantidad de heridas que han de sanar, solo de esa manera, el romance traspasaría las páginas y llegaría a un lector siempre deseoso de descubrir historias de tal estilo. Es, desde luego, una historia romántica escrita con mimo y dedicación, que encantará hasta el lector más exigente.

Las alas de Sophie, es un libro distinto y eso se nota ya con su primera página. Con esta novela, la autora muestra su pluma literaria más única y desgarradora bajo un único prisma y una única perspectiva. No puedo dejar de sorprenderme con respecto al dinamismo que sus historias siempre muestran, a sus cambios de hacer literatura, aun moviéndose en un mismo género. Ninguno de los libros hasta ahora escritos por ella, se asemejan los unos con los otros, cada uno de ellos nos arranca una parte grata de nuestra memoria y nos provocan esas sensaciones siempre buscadas a la hora de seleccionar una lectura dulcemente arrolladora. Se trata de una novela en sí mismo, tremendamente especial, llena de unas sensaciones y sentimientos que traspasan con facilidad las páginas y logran emocionar a aquel que elige sumergirme en su historia.

Cuando es real, es una novela para disfrutar con pasión de la literatura romántica, una historia de ensueño engalanada de una elegancia que ya es seña de identidad de su escritora. La sutileza de sus escenas y diálogos, genera esa comodidad recomendada para un lector que se siente bien con lo plasmado en cada página. Este libro se convierte con facilidad en un motivo más por el cual se ha de apostar por Erin Watt con ojos casi cerrados. No existe nada que pudiera considerarse negativo y siendo como ha sido una lectura de verano, creo firmemente que aporta esa frescura esperada. Las sensaciones que provoca quedan para el recuerdo, convirtiéndose así en una de mis mejores lecturas del año aun cuando es cierto que se aleja en parte de esa profundidad acostumbrada en este tipo de temática, pero con ello, se gana aún más nuestra buena opinión. Es simplemente lo que parece ser, un libro entretenido, ameno, romántico, sencillo, natural y sumamente provechoso en lo que respecta a dejarse envolver por una lectura que siempre propiciará nuestras buenas palabras.

¿Cuáles han sido vuestras mejores lecturas del año?