Reseña. Noches en París

Noches en París, de Louise Bay

Editorial - Phoebe
Género - Romántica actual
Puntuación ★★★☆☆

En el momento en que vi al nuevo fotógrafo de Rallegra, la revista en la que trabajaba en Londres, supe el tipo de hombre que era: arrogante, impertinente y muy rico. Las chicas de la revista se lo empezaron a comer con la mirada en cuanto su culo de acero cruzó el umbral de las puertas de nuestras oficinas.

Cuando me vi obligada a viajar con él a París para hacer un reportaje, no estaba interesada ni en su sonrisa seductora, ni en su sexy acento norteamericano ni en sus insinuantes palabras. De ninguna manera iba a dejarme seducir por sus encantos.

Hasta que lo hice.

En París.

Hasta que empezó a besarme y yo me pregunté cómo habíamos llegado a eso. Hasta que arrastró sus labios por mi piel y yo solo podía desear más. Hasta que consiguió desnudarme en todos los sentidos.

Es curioso, hay locuras que solo puedes cometer en París…

Pero París no puede durar para siempre…

 

Opinión personal

Lo nuevo de esta autora, posee una de esas argumentaciones irresistibles para todo lector asiduo a la literatura romántica más tendente a entremezclarse con un contenido eminentemente adulto. En su interior, este libro relata una historia muy característica respecto al estilo de una Louise Bay, muy capaz de enamorar en base a su sencillez y ofrecer esa pequeña pizca de emoción que le hace sin duda alguna destacar.

Noches en París, es una novela que muestra de manera evidente la escasa necesidad de plantear una nueva formulación, respecto al romanticismo más acostumbrado en su objetivo primordial de convencer. Su tradicionalismo, es sin duda alguna, su mayor y más eficiente reclamo, tanto es así que se trata de una apuesta en la que no debe hallarse reparo alguno y es que su autora, es conocida por ofrecer argumentaciones ligeramente maduras, pero rodeadas de un inconfundible y destacado corte natural, en el que el erotismo se convierte en el eje central, pero cuya evolución se sustenta en el más puro de los romanticismos. Londres vuelve a convertirse en el mejor de los escenarios para dar forma a esta historia algo básica que no es la novedad esperada, pero que resulta levemente resultona, en su objetivo primordial de entretener, en la que dos personas que nada tienen en común, deben compartir un trabajo periodístico y es ahí donde todo surge.

Haven y Jake son personajes principales totalmente contrapuestos, cuyas diferencias entre ellos resultan palpables desde el principio, pero ambos conforman una pareja que resalta y protagoniza de manera notable, un relato quizás demasiado sencillo en sus primeros capítulos, pero que sin embargo adquieren una tonalidad más dramática y compleja en sus últimas páginas, haciendo así que su presencia se rodee de un mayor carácter. Al contrario que Jake, Haven se construye sobre una personalidad un tanto particular, que puede llevar a chocar con el lector, puesto que su complejo carácter y sus contestaciones un tanto bruscas, pueden alejar e incluso llegar a caer mal, sin embargo, su evolución fundamentada, le lleva a corregir ese “pero” inicial, terminando por convertirse en un personaje que encaja a la perfección, con un Jake más risueño y más capaz de captar la atención.

Respecto a su estilo, esta novedad vuelve a valerse de los mejores alicientes de una autora, siempre conocedora de los gustos del lector más asiduo al género. Sus romances, de manera habitual, se narran bajo perspectivas que no resultan ser del todo únicas, pero sí que poseen ese atractivo singular tan reseñable. Con frecuencia, sus evoluciones no se alejan de aquellas expectativas generadas y aunque no llegan a sorprender del todo, sí que brindan la oportunidad de disfrutar del romance más clásico, siendo así la opción más segura y la elección más justificada. Sus escenas detalladas y sus diálogos directos, sirven para sentirse levemente atrapado y avanzar a medida que se confeccionan gratas sensaciones. A parte de ello, destaca ante todo su elegancia delicada y su apuesta firme por fusionar dos géneros, el de la erótica y la romántica, dotando así a la trama de un mayor significado.

Su ritmo, es quizás el punto más favorable de la novela, se trata de una historia que se lee muy bien, en apenas dos días uno puede llegar alcanzar su final, un último capítulo que brinda la oportunidad de disfrutar de esa despedida soñadora, pero que sin embargo no goza de un epílogo que hubiera sido propicio, para componer un futuro o un vistazo más a largo plazo. Los acontecimientos desarrollados en sus últimas páginas por otra parte, poseen una evolución quizás demasiado acelerada, restando así la dosis de naturalidad vivida en sus anteriores capítulos y llegando a desentonar, aunque de manera leve, con la opinión positiva mantenida a lo largo de la lectura. Aún con todo ello, se trata de un libro con el que disfrutar, una elección no del todo inolvidable, pero sí atractiva, con la que experimentar un alto grado de comodidad.

Noches en París, es un libro sencillo que destaca en su justa medida con la narración de un romance básico, pero natural, en el todo confluye en el objetivo único de convertirse en una novela a la que recurrir, para hallar en ella, el entretenimiento más reseñable, aunque ciertamente no llegue a emocionar del todo.