Saga – Érase una vez un corazón roto 2
Editorial – Umbriel
Género – Fantasía romántica
Puntuación ★★★★★
Los finales felices pueden atraparse, pero es difícil retenerlos...Después de la traición de Jacks, el Príncipe de Corazones, Evangeline Fox se promete que jamás volverá a confiar en él. Ahora que ha descubierto su propia magia, cree que puede usarla para recuperar el final feliz que Jacks le arrebató.Pero cuando se descubre una nueva y aterradora maldición, Evangeline vuelve a verse abocada a una frágil asociación con el Príncipe de Corazones. Sin embargo, las reglas han cambiado esta vez. Jacks no es el único con el que debe tener cuidado. De hecho, podría ser el único en quien puede confiar, a pesar de su deseo de despreciarlo.Haciendo estragos en la vida de Evangeline, en lugar de un hechizo de amor, hay un encantamiento mortal. Para romperlo, Evangeline y Jacks tendrán que batallar con viejos amigos, nuevos enemigos y una magia que juega con las mentes y los corazones. Evangeline siempre ha confiado en su corazón, pero esta vez no está segura de poder hacerlo.No todas las historias de amor terminan con un felices para siempre.
Opinión personal
La balada de nunca jamás, no es solo una continuación
de la que se guardan grandes expectativas, sino que además es un libro que atrapa por sí mismo, gracias a ser
capaz de narrar una trama con los suficientes alicientes como para mantenerte
pegado a las páginas.
Prosiguen las aventuras de Evangeline que la obligan a afrontar
nuevos peligros y, con ello, discernir quienes son realmente sus enemigos, una carrera por averiguar cuales son los porqués a tanto misterio que rodea al Príncipe de los corazones rotos. El segundo
libro de esta trilogía, pretende asentar con ello la opinión suscitada ya con
su primera entrega, pero a la par, elevar el interés en su trama y, para ello,
convierte a Jacks en un misterio que poco a poco y en forma de retazos, va
desvelando sus secretos y con ellos su pasado. En mitad de este intrincado puzzle, se observa además
que el romance es un elemento más determinante en esta ocasión, con unos
sentimientos que poco a poco van afianzándose y uniendo a sus personajes
principales. Todo ello, hace de La balada de nunca jamás, un libro mucho más
maduro, de una sencillez finamente ornamentada, que logra enamorar, alcanzar sus objetivos de ser entretenido e incluso, ser un libro perfecto, que supera sin presiones, su anterior publicación.
Se compone de escenas de gran belleza visual, que captan por
entero la atención y te animan a seguir leyendo a medida que se confecciona una
opinión muy positiva. Intrigas palaciegas y una red de secretos que, aunque no
se desvelan por completo, sí que sientan las bases para su tercera y última
entrega, esta continuación supera con creces altas expectativas. Sin duda, este segundo libro, es de mayor interés, fortaleciendo así la
trilogía y haciendo de ella, una lectura de lo más recomendable, tendente a ir
más allá de lo básico o simplemente esperable, y es que tiene gran facilidad para convertirse en
una de tus mejores lecturas. Respecto al romance que se plasma en sus páginas,
se envuelve en la sencillez y la elegancia, su extrema sutileza le lleva a desprenderse
por entero de cualquier detalle entendido como sensual, son los sentimientos y
la atracción consiguiente de ellos, los que capitanean la trama, lo que hace que
sea un libro de corte quizás algo juvenil, aunque sin obviar el interés por
aportar madurez.
Evangeline y Jacks, son una pareja de opuestos y, he ahí la
razón, por la cual se compenetran tan bien. Su diferencia clara de carácter y el
intrigante pasado de Jacks, les hace adquirir mucha fortaleza dentro del relato,
puesto que su construcción personal se vale de una transformación en la que los
tiempos se juegan de manera natural, lo que hace creíble la configuración de
las emociones, así como el cambio surgido entre dos enemigos iniciales que, cada
vez y con cada página, están más cerca el uno del otro. Sus figuras como protagonistas,
cuenta con descripciones detallas bajo una narración centrada en ser ágil, favoreciendo
la conexión con ellos y la comodidad propicia para seguir leyendo, hasta
alcanzar unas últimas páginas que te invitan a comenzar la lectura de su
tercera y última entrega de manera rauda y veloz.
Stephanie Garber, es una autora muy recomendable. Su particular
punto de vista de la fantasía, le hace recuperar ese toque tradicional y
clásico de una literatura que bebe de las fuentes de los cuentos de hadas, pero
bajo el prisma de un toque diferente, en el que sus personajes principales y
secundarios, son muy capaces de atrapar por sí solos, sin rodearse de ornamentación excesiva, sobre un escenario que se aleja de grandes descripciones, lo que favorece que el
lector disfrute de una fantasía romántica pausada, alejada de rellenos.
Se trata además de un libro con una extensión totalmente ajustada
a lo acostumbrado, sin un número de páginas que resulten excesivas, lo que
hace que esta novela que se lea rápidamente. Los acontecimientos narrados, se
nutren de giros argumentales que, aunque no son del todo rompedores, están muy
bien planteados, captando así pronto el interés, puesto que están centrados en lo importante y, de ahí, que sus escenas sean directas. A pesar de que Jacks no cuenta
con su propio punto de vista, la autora ha sabido lograr que se presencia
adquiera mayor importancia, convirtiéndolo en la pieza central de una segunda
parte excepcional. Cada uno de los capítulos de este libro te llevan, a través de una
argumentación maravillosa, a disfrutar de una novela perfecta sin que existan peros.
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