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Reseña: En las nubes, Hannah Grace

2 de diciembre de 2024

En las nubes

Serie - Mapple Hills 3
Editorial - Ediciones B
Género - New adult
Puntuación ★★★★

Henry Turner se da cuenta de que va a tener que currárselo cuando acaba en una clase complicada con el profesor que menos le gusta. Encima, ahora es el nuevo capitán del equipo de hockey, así que no puede permitirse fallar. Pero todo cambia cuando se cuela en un club de lectura accidentalmente y conoce a Halle Jacobs.
Ella es una auténtica superestrella cuando se trata de hincar los codos. Aunque entre sus propias clases, el trabajo, el club de lectura y la novela que está intentando escribir no tiene tiempo para ser tutora de nadie, se ofrece a ayudar a Henry. Además, ¿no dicen que las nuevas experiencias ayudan a salir de los bloqueos creativos? Y él promete que va a darle muchas...
Lo único que tienen que hacer es ceñirse al reglamento que han establecido.
Ah, y no enamorarse, claro.

 

Opinión personal

Aunque si bien, la sinopsis de este libro apenas desliza detalle alguno que pudiera cautivar a simple vista, lo cierto es que el lector está ante una historia que, hoja a hoja, cautiva por su sencillez y por la belleza calmada que describe, de la mano de un romance cuidado y de gran elegancia.

Tras la abrupta ruptura con su novio, Halle quiere centrarse en sí misma y luchar por lo que verdaderamente quiere. Su objetivo, no solo es terminar el libro que está escribiendo, sino que desea liberarse de las cadenas que la unen a su familia, así como vivir la experiencia universitaria, haciendo nuevas amistades, pero sin que se dé cuenta en su nueva formulación entra Henry, capitán del equipo de Hockey que, debido a sus problemas de aprendizaje, necesitará la ayuda de Halle para aprobar una asignatura que se le resiste, lo que forzará a ambos a entablar una relación de amistad que, poco a poco irá transformándose en algo más. 

Como bien puede percibirse con la argumentación descrita, En las nubes se refugia en un viejo y conocido cliché, un Friends to lovers que capta bien pronto la atención y que enamora por completo, por sus componentes sutiles y delicados. En esta nueva ocasión, la autora se ha deshecho de aquellos aspectos mayoritariamente físicos de la relación y ha centrado toda la atención en las particularidades personales de sus protagonistas, dando peso a su evolución y a los sentimientos que poco a poco van gestándose bajo un prisma de ritmo lento, pero constante. Aunque la sensualidad, marca de la escritora, sigue estando presente en esta historia, es casi imperceptible, apenas tiene una presencia activa dentro de la propia historia, lo cierto es que su trama se aleja del erotismo acostumbrado y trata solo de gestar una relación romántica basada en el respeto y en las emociones bien estructuras de sus personajes principales. Es un libro que nada tiene que envidiar a sus predecesores, pero que si se atesora especialmente bien, puesto que marca cierta distancia, unas particularidades a las que se les saca muy bien provecho y lo convierte en una novela bien asentada.

Desde el primer libro, Henry se ha convertido en un personaje principal de gran belleza, debido a la profundidad de sus matices propios, un artista de gran sensibilidad que atrapa desde el primer momento. Su historia personal y su carácter dulce, siempre ha resultado ser una maravilla, un tesoro literario que, como lector, se disfruta enormemente, puesto que se desprende de esos toques más controvertidos de la literatura romántica y su figura es mucho más natural y cercana. Halle también enamora por su candidez, su preocupación por los demás, le ha llevado a perderse a sí misma, pero gracias a Henry saldrá de su cascarón, para convertirse en una protagonista a la altura de las expectativas. Ambos, se convierten en una pareja literaria no solo convincente, sino que además, enamoran sinceramente, provocando con ello, suspiros encantados y un grato recuerdo.

Hannah Grace, ha sabido reconfigurar su saga, convirtiendo al lector en un testigo excepcional de un romance hasta el extremo cuidado y bonito, que se centra en la lucha personal de sus dos personajes, por alcanzar la felicidad. Sus nuevos protagonistas, arañan el corazoncito y hace que disfrutes de un romance atento a las emociones. Su estilo directo quizás, en esta nueva ocasión, se ve algo fortalecido, puesto que cuenta con menos relleno argumental de lo esperado y es que sus capítulos, son en parte concisos y te conducen página a página, dispuestos a conocer los detalles de un romance totalmente sano. En las nubes, es un libro que sabe bien gestar una opinión positiva y hacer que permanezca la apuesta por seguir descubriendo los matices de una autora que ha sabido bien, en esta ocasión distanciarse de aquellos elementos que más definen el género del new adult.

Aunque se trata de un libro algo extenso, lo cierto, es que se lee estupendamente bien y de manera ágil, muestra de la comodidad y cercanía que traslada. Es fácil conectar con su historia y sus personajes, puesto que no hay nada controvertido en este nuevo relato romántico de la escritora. Su sencillez, por otra parte, es efectiva y le hace ser un libro muy resultón, capaz de arrancar sonrisas cómplices a su lector. Tras llegar a sus últimas páginas y su epílogo, completamente esperado, se instala la sensación se haber sido una elección natural, una lectura delicada que alcanza sin duda, la categoría de recomendable y sumamente entretenida y, de alguna manera, un soplo de aire fresco totalmente necesario.

Reseña. Saltan chispas

10 de abril de 2024

Saltan chispas, de Hannah Grace

Serie - Maple Hills
Editorial - Ediciones B
Género - New adult
Puntuación ★★★☆☆

Russ Callaghan y Aurora Roberts coinciden en una fiesta de fin de curso y, después de dejarse llevar por un juego, acaban enrollándose. Sin embargo, Aurora se escabulle antes de que él tenga la oportunidad de preguntarle su nombre completo.
Sin saberlo, ambos van a trabajar en el mismo campamento de verano: Russ espera poner suficiente distancia con su padre, mientras que Aurora solo desea volver al último lugar donde se sintió como en casa.
Russ sabe perfectamente que tiene prohibido «fraternizar» con Aurora si no quiere que lo echen. Desgraciadamente para él, a ella nunca le han importado mucho las reglas...
Ahora solo les queda descubrir si las chispas que saltaron entre ellos durante su primera noche quedarán en nada o si, por el contrario, lo incendiarán todo.
 

Opinión personal

Tras la opinión tan positiva cosechada por el anterior libro, era inevitable caer preso de esta nueva novela, protagonizada sin duda, por un personaje masculino que ya captó la atención y que, de algún modo, prometía una historia sin igual, gracias a los pequeños retazos expuestos de su personalidad.

Saltan chispas, es el segundo libro de la saga Maple Hills, una historia capitaneada por Russ, el portero del equipo de hockey universitario, que se puede leer totalmente independiente, puesto que la presencia de sus anteriores protagonistas es algo tímida. En esta nueva ocasión, un campamento de verano se convertirá, además, en el telón de fondo de una trama que trata de repetir la fórmula de entretenimiento anteriormente mostrada, aunque son notables las diferencias mostradas. Se observa en su historia, una intención de refugiarse en ese contenido más abiertamente acostumbrado, que poco o nada sorprende a un lector, que puede llegar a experimentar cierto grado de decepción, puesto que su historia no trata de ir más allá de la mera sencillez, aunque se vislumbra un leve toque dramático, que pronto se diluye y pasa totalmente desapercibido, sin contar con una importancia más decisiva y es que se refugia en esos clichés tan típicos del género del new adult. La falta de absoluta complejidad, le hace perder dinamismo, haciendo así que su romance apenas emocione del todo, puesto que es muy básico y aunque su agilidad siempre es bienvenida, hace que se pierdan detalles que enternezcan y atrapen, con un enamoramiento demasiado sutil, cayendo preso del recurso fácil del erotismo, por tanto, a su construcción romántica le faltan aspectos que le hagan ser completa.

Russ es un chico callado e inseguro que trata de dejar atrás sus problemas familiares y el caos derivado de las circunstancias personales de su padre. Su personalidad, introvertida y dulce, le lleva a ganarse el corazoncito del lector, por la sensibilidad que traslada de manera continua en escenas bien definidas, sin embargo, su construcción personal apenas incide en el detalle, a pesar de contar con un contexto, el referente a su familia, que bien pudiera haber ofrecido mayor atractivo.  Su pareja literaria, Aurora es todo lo contrario a él, una chica alegre que no duda en decir lo que piensa en todo momento y luchar por lo que siente, con un entramado familiar también complicado a raíz de la relación con sus padres, su personalidad por tanto, tiende a captar más la atención y revolucionar los diálogos, con un contenido abiertamente identificado en la comedia romántica usual, tendente a arrancar sonrisas divertidas. Su combinación como pareja, es del todo óptima, aun cuando parecen no aludir a una corte de sentimientos más definidos, lo que hace que su transformación sea del todo liviana. Es constante, a lo largo de su lectura, la sensación de que sus personajes están totalmente desaprovechados, puesto que podían, con sus sendos contextos familiares, haber mostrados muchos más matices, haciendo que su relato fuera algo único.

Es grato volver a disfrutar del estilo de esta autora, dejarse envolver en su sencillez y ser de nuevo, testigo de un romance universitario en parte resultón y completamente correcto. Los elementos que mejor definen su escritura, vuelven a hacer acto de presencia, su interés por resultar directa, le lleva a conectar sin esfuerzo con el lector y crear consigo un clima de naturalidad destacado, aun cuando se trate de una novela que no atrapa en su mayor parte. Sin embargo, su apuesta por una escasa profundidad, hace que la sintonía con esta nueva historia, sea mucho menor y, por tanto, eso le lleve a no alcanzar con todo aquello esperado, justo antes de comenzar su lectura. Por otro lado, elementos tales como la sensualidad y el erotismo, vuelven a gozar de una gran presencia, adornando así su romance, algo que no desentona con la temática, pero que quizás tiende a sustituir a las emociones y a una construcción sentimental que se antoja, demasiado liviana como para destacar.

La trama de este libro, se lee sin sobresaltos, fruto sin duda de sus escasos giros argumentales, siendo estos demasiado planos y muy poco coloridos, lo que le lleva a no captar del todo la atención y mucho menos, emocionar. Respecto a la historia de amor propiamente dicha, se experimenta cierta comodidad que, sin duda alguna, propicia un ritmo de lectura siempre óptimo. Sus treinta y siete capítulos, de naturaleza concisa, se sirven de un acertado cambio de perspectiva que ameniza y que terminan llevando al lector a un epílogo natural, que ayuda a decir adiós e incluso hacer que el lector experimente la necesidad de conocer la futura historia romántica de Henry, un personaje que estoy segura no dejará indiferente a nadie.

Saltan chispas es un libro normalito, que no emociona y tampoco deja huella en la memoria del lector. Su mayor aliciente, es la comodidad que ofrece al lector, pero que sin embargo, no cumple las altas expectativas dejadas tras de sí con la primera novela de la saga.

Reseña. Icebreaker. Romper el hielo (Hannah Grace)

6 de octubre de 2023

Romper el hielo (Icebreaker), de Hannah Grace

Serie - Maple Hills 1
Editorial - Ediciones B
Género - New adult
Puntuación ★★★★★

Las chispas saltan cuando una patinadora artística y el capitán del equipo de hockey se ven obligados a compartir pista y a acercarse mucho más de lo que querrían.
Anastasia Allen está decidida a entrar en el equipo olímpico de patinaje artístico de Estados Unidos y, cuando consigue una beca para la Universidad de California, todo parece ir de acuerdo con su plan.
El objetivo de Nathan Hawkins como capitán del equipo de hockey es mantener a sus chicos sobre el hielo cueste lo que cueste, pero todo se complica cuando tienen que compartir pista con una patinadora guapísima y con muy mal genio.
La situación obliga a estos rivales a pasar tiempo juntos, pero Anastasia está tranquila. Sabe perfectamente que un jugador de hockey jamás podría distraerla, y mucho menos Nate... ¿verdad?
 

Opinión personal

Se debe admitir, que la portada de este libro puede llevar a engaño, puesto que su ilustración totalmente dulcificada, no traslada para nada, la naturaleza real de su contenido, un romance completamente adulto y copado de un sinfín de escenas de alto voltaje, en la que la sensualidad y el erotismo adquieren una tremenda importancia en el desarrollo mismo de esta historia de amor, tan cercana al new adult.

Romper el hielo o más conocido como Icebreaker narra con detalle, la evolución romántica de dos deportistas universitarios que, tras un primer encuentro fortuito, derivado de la necesidad de compartir pista de patinaje en sus entrenamientos, comienzan a dejarse llevar por la chispa de la atracción física, que nace casi de manera instantánea entre ellos, que les hará entablar una relación, en principio sin ataduras, pero que poco a poco, se transforma en algo más intenso, llevándolos a conocerse y aceptar los miedos y los problemas que arrastran con ellos. Se trata, de una novela cuyo romanticismo, se adereza principalmente con ese contenido abiertamente erótico más próximo a la literatura adulta, pero sin la necesidad de desprenderse de otros más complejos y cuya madurez, le hace sin duda destacar. Es un libro que tiende a esforzarse por resultar completo y así no desentonar, con el interés propio del lector que más cómodo se siente con la literatura más romántica. 

Anastasia, la protagonista de esta historia, arrastra consigo una complicada red de miedos y un atronador pánico al rechazo y a la derrota. Su deseo de participar en los juegos olímpicos, le lleva a asumir una presión que tiende a aislarla en mitad de una agenda apretada, en la que apenas hay espacio para sí misma.  Conocer a Nathan le lleva a emprender un viaje de aceptación curativa, aunque enamorarse no entraba en sus planes. Nuestro protagonista en cambio, es un capitán del equipo de hockey seguro de sí mismo y protector, que siempre está dispuesto a arriesgarse si tras ello, se encuentra su felicidad. Ambos, son personajes principales lo suficientemente coloridos y rodeados de las suficientes aristas, como para colmar la plena atención del lector y atrapar, a medida que su evolución se acrecienta, sustentándose en un entretenimiento básico, pero efectivo. Los dos, poseen un tipo de personalidad llamativa, con una problemática bajo su figura no llevada al exceso, pero fundamentada con mimo y cuya transformación se sustenta, en giros argumentales no demasiado rompedores, pero si capaces de contener un alto nivel de atractivo, que mantiene en vilo con acierto, por lo carismático de su relato. Su trascurso romántico, se fundamenta de manera proporcional entre sentimientos y ese rasgo inconfundiblemente lleno de sensualidad, en la que la evolución prima.

No he podido evitar caer rendida ante las cualidades de su autora. Hannah Grace, ofrece al lector la oportunidad de disfrutar de un new adult completamente característico y también maravillosamente completo, en la que la frescura y el dinamismo juegan un papel fundamental. A pesar de que es observable su sencillez argumental, también hay espacio para livianas complejidades, que adornan notablemente un contenido ideado para entretener y hacer sucumbir a su espectador, al crear consigo un ambiente plagado de comodidad, en el que sus pequeños giros se esmeran por hacer suspirar. Es cierto que su constante apuesta por el erotismo, presente en un sinfín de escenas y copando cualquier mínimo matiz, tiende quizás a ensordecer su argumentación en algunos de sus tramos, pero también es perceptible, su afán por hacer brillar el interés romántico de la historia, con espacio claro para los momentos dulces y referencias directas al cambio orquestado en sus personajes, en lo referente a las emociones y que, en resumidas cuentas, otorga a su contenido una historia de amor, que entabla relación directa con el lector desde la primera página, metiéndosele en el bolsillo con recursos literarios tales como la naturalidad o el rastro jovial que deja tras de sí.

Es un libro directo, que se lee en apenas un suspiro, aun cuando su extensión puede considerarse amplia. Se aleja de sobresaltos y su contenido es puramente básico, lo que hace que sus capítulos, no sean en exceso densos, sino que se leen ágilmente gracias a una descripción de escenas, que no dejan lugar a la imaginación, que concreta, sin detenerse en detalles absurdos y faltos de significado. Sus diálogos por otra parte, son certeros en su objetivo de convencer y cautivar por sus palabras y gestos. Su argumentación además, es tendente a tratar temas importantes que se agradecen en el relato y que ayudan a sentir la pizca de realismo de la que hace gala. A pesar de poder ser una novela totalmente normalizada, que no se aleja de los preceptos de este tipo de literatura, hay espacio para el interés, derivado de su evolución sosegada en la que apenas se experimenta o arriesga, pero que crea un clima de absoluta comodida. Se le suma además, un epílogo que es la perfecta visión de futuro, que ayuda a cerrar esta historia como se merece, con un adiós perfecto.

Romper el hielo, ha sido una historia cuya sorpresa me ha llevado a disfrutar de nuevo de este género que tanto me enamora. Su representatividad de aquellos elementos que le definen, le hacen ser un muy buen representante de este tipo de literatura, cuyo nivel de entretenimiento convence irremediablemente y te hace anotar con entusiasmo el nombre de una autora que, estoy segura, nos prometerá grandiosas tramas en el futuro.

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