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Reseña. Icebreaker. Romper el hielo (Hannah Grace)

6 de octubre de 2023

Romper el hielo (Icebreaker), de Hannah Grace

Serie - Maple Hills 1
Editorial - Ediciones B
Género - New adult
Puntuación ★★★★★

Las chispas saltan cuando una patinadora artística y el capitán del equipo de hockey se ven obligados a compartir pista y a acercarse mucho más de lo que querrían.
Anastasia Allen está decidida a entrar en el equipo olímpico de patinaje artístico de Estados Unidos y, cuando consigue una beca para la Universidad de California, todo parece ir de acuerdo con su plan.
El objetivo de Nathan Hawkins como capitán del equipo de hockey es mantener a sus chicos sobre el hielo cueste lo que cueste, pero todo se complica cuando tienen que compartir pista con una patinadora guapísima y con muy mal genio.
La situación obliga a estos rivales a pasar tiempo juntos, pero Anastasia está tranquila. Sabe perfectamente que un jugador de hockey jamás podría distraerla, y mucho menos Nate... ¿verdad?
 

Opinión personal

Se debe admitir, que la portada de este libro puede llevar a engaño, puesto que su ilustración totalmente dulcificada, no traslada para nada, la naturaleza real de su contenido, un romance completamente adulto y copado de un sinfín de escenas de alto voltaje, en la que la sensualidad y el erotismo adquieren una tremenda importancia en el desarrollo mismo de esta historia de amor, tan cercana al new adult.

Romper el hielo o más conocido como Icebreaker narra con detalle, la evolución romántica de dos deportistas universitarios que, tras un primer encuentro fortuito, derivado de la necesidad de compartir pista de patinaje en sus entrenamientos, comienzan a dejarse llevar por la chispa de la atracción física, que nace casi de manera instantánea entre ellos, que les hará entablar una relación, en principio sin ataduras, pero que poco a poco, se transforma en algo más intenso, llevándolos a conocerse y aceptar los miedos y los problemas que arrastran con ellos. Se trata, de una novela cuyo romanticismo, se adereza principalmente con ese contenido abiertamente erótico más próximo a la literatura adulta, pero sin la necesidad de desprenderse de otros más complejos y cuya madurez, le hace sin duda destacar. Es un libro que tiende a esforzarse por resultar completo y así no desentonar, con el interés propio del lector que más cómodo se siente con la literatura más romántica. 

Anastasia, la protagonista de esta historia, arrastra consigo una complicada red de miedos y un atronador pánico al rechazo y a la derrota. Su deseo de participar en los juegos olímpicos, le lleva a asumir una presión que tiende a aislarla en mitad de una agenda apretada, en la que apenas hay espacio para sí misma.  Conocer a Nathan le lleva a emprender un viaje de aceptación curativa, aunque enamorarse no entraba en sus planes. Nuestro protagonista en cambio, es un capitán del equipo de hockey seguro de sí mismo y protector, que siempre está dispuesto a arriesgarse si tras ello, se encuentra su felicidad. Ambos, son personajes principales lo suficientemente coloridos y rodeados de las suficientes aristas, como para colmar la plena atención del lector y atrapar, a medida que su evolución se acrecienta, sustentándose en un entretenimiento básico, pero efectivo. Los dos, poseen un tipo de personalidad llamativa, con una problemática bajo su figura no llevada al exceso, pero fundamentada con mimo y cuya transformación se sustenta, en giros argumentales no demasiado rompedores, pero si capaces de contener un alto nivel de atractivo, que mantiene en vilo con acierto, por lo carismático de su relato. Su trascurso romántico, se fundamenta de manera proporcional entre sentimientos y ese rasgo inconfundiblemente lleno de sensualidad, en la que la evolución prima.

No he podido evitar caer rendida ante las cualidades de su autora. Hannah Grace, ofrece al lector la oportunidad de disfrutar de un new adult completamente característico y también maravillosamente completo, en la que la frescura y el dinamismo juegan un papel fundamental. A pesar de que es observable su sencillez argumental, también hay espacio para livianas complejidades, que adornan notablemente un contenido ideado para entretener y hacer sucumbir a su espectador, al crear consigo un ambiente plagado de comodidad, en el que sus pequeños giros se esmeran por hacer suspirar. Es cierto que su constante apuesta por el erotismo, presente en un sinfín de escenas y copando cualquier mínimo matiz, tiende quizás a ensordecer su argumentación en algunos de sus tramos, pero también es perceptible, su afán por hacer brillar el interés romántico de la historia, con espacio claro para los momentos dulces y referencias directas al cambio orquestado en sus personajes, en lo referente a las emociones y que, en resumidas cuentas, otorga a su contenido una historia de amor, que entabla relación directa con el lector desde la primera página, metiéndosele en el bolsillo con recursos literarios tales como la naturalidad o el rastro jovial que deja tras de sí.

Es un libro directo, que se lee en apenas un suspiro, aun cuando su extensión puede considerarse amplia. Se aleja de sobresaltos y su contenido es puramente básico, lo que hace que sus capítulos, no sean en exceso densos, sino que se leen ágilmente gracias a una descripción de escenas, que no dejan lugar a la imaginación, que concreta, sin detenerse en detalles absurdos y faltos de significado. Sus diálogos por otra parte, son certeros en su objetivo de convencer y cautivar por sus palabras y gestos. Su argumentación además, es tendente a tratar temas importantes que se agradecen en el relato y que ayudan a sentir la pizca de realismo de la que hace gala. A pesar de poder ser una novela totalmente normalizada, que no se aleja de los preceptos de este tipo de literatura, hay espacio para el interés, derivado de su evolución sosegada en la que apenas se experimenta o arriesga, pero que crea un clima de absoluta comodida. Se le suma además, un epílogo que es la perfecta visión de futuro, que ayuda a cerrar esta historia como se merece, con un adiós perfecto.

Romper el hielo, ha sido una historia cuya sorpresa me ha llevado a disfrutar de nuevo de este género que tanto me enamora. Su representatividad de aquellos elementos que le definen, le hacen ser un muy buen representante de este tipo de literatura, cuyo nivel de entretenimiento convence irremediablemente y te hace anotar con entusiasmo el nombre de una autora que, estoy segura, nos prometerá grandiosas tramas en el futuro.

Reseña. Las reglas del juego

24 de marzo de 2023

Las reglas del juego, de Sarah Adams

Editorial - Ediciones B
Género - Romántica actual
Puntuación ★★★☆☆ (3.5)

Bree Camden está perdida y secretamente enamorada de su mejor amigo (y también estrella de fútbol americano) Nathan Donelson. Pero ese no es el único problema que tiene. Después de un accidente que pone fin a su sueño de ser bailarina, Bree se dedica a llevar su propia escuela de danza... mientras pueda pagar el alquiler, claro.
Cuando Nathan acude al rescate y compra el edificio en el que se encuentra su negocio, la orgullosa Bree no se lo toma del todo bien. Tras un par (bueno, quizá más) de chupitos de tequila, se va de la lengua delante de una periodista y el mundo entero termina creyendo que ella y Nathan están destinados. Con la superbowl a la vuelta de la esquina, estos dos «nada más que amigos» se ven obligados a fingir una relación ante las cámaras durante tres semanas. Tres semanas enteras.
¿Habrá llegado el momento de que Bree revele sus sentimientos?
Y... ¿podría Nathan estar ocultando los suyos también?
 

Opinión personal

Debo admitir que la evidente presencia de este cliché tan tradicional en la literatura, de la romántica actual, ha resultado determinante a la hora de catalogar este mismo título como un libro potencialmente interesante como opción real de lectura, por siempre asegurarme un entretenimiento genuino muy capaz de enganchar ya desde su primera página y confeccionar con ello una opinión del todo positiva.

Las reglas del juego, es de esos libros que no necesitan reeditar la vieja fórmula de la romántica más tradicional, para seducir al lector. En sus páginas, se desarrolla una trama de corte sencillo y natural, que trata de narrar con sosiego una historia de amor mínimamente embellecida de ese contenido adulto tan presente en el género bajo el que se escribe esta historia. Su evolución se sustenta puramente en las emociones de dos personajes que pasan de la amistad al romance, creando con ello escenas un tanto llamativas y hábilmente narradas para atrapar y convencer. Se deja envolver además, de un paisaje literario no del todo llamativo, pero sí muy capaz de resultar bello por la comodidad brindada y por escenificar de manera detallada, esta historia exenta de arduas complejidades.

Bree y Nathan, son dos protagonistas cuya presencia resalta en parte por ese interés propio de la autora de sustentar su trama en los sentimientos de ambos, cuya evolución resulta creíble y natural. Sus sendas historias personales quizás apuestan de manera excesiva por una sencillez que, en ocasiones, le hace desprenderse de cierto toque sorpresivo, de esta manera, su contenido llega a ser previsible e inevitablemente normalizado. Aunque si que es cierto que cada uno de los significados vertidos en sus escenas, resultan bellos, es inevitable sentir cierta añoranza de una mayor apuesta por la complejidad. Sus escenas, en ocasiones recalcan la falta de un mayor dinamismo, de una evolución más construida y algo más romántica de lo mostrado. Aun con todo ello, son personajes que en ocasiones tienen a rozar la perfección por sus dulces personalidades y su manera de enfrentar el día a día en su luchar por enamorar al contrario.

Sarah Adams posee un estilo que fácilmente puede llegar a destacar. Sus capítulos sin duda alguna, animan a leer con el vertiginoso afán de alcanzar sus últimas páginas y así saber el desenlace de esta historia de amor. Destaca por encima de otros recursos, su elegancia y delicadeza, gracias a su estilo, conforma una trama donde el enamoramiento goza de un peso argumental destacado, cimentando así una evolución centrada de aportar mayor presencia a las emociones. En cada uno de sus capítulos, destierra la presencia acostumbrada del erotismo, la sensualidad no forma parte de este relato tan diferente en sus esencias. Su romance es puramente emocional y eso sin duda, es una cualidad que le hace destacar.

Su ritmo, como bien se ha apuntado antes, es ágil. Resulta fácil caer rendido ante lo narrado, disfrutar de cada matiza escrito. Sus capítulos pueden describirse como directos, ya que no efectúa rodeo alguno y conducen al lector hasta un epílogo que actúa de grata despedida, aunque quizás resulta demasiado apresurado en sus últimos acontecimientos narrados, llegando incluso a chocar al lector. Sin embargo, la falta de mayor acción argumental, puede llegar a enfriar un poco la opinión positiva mantenida a lo largo de toda su lectura. Su dulzura sin embargo, es un punto más que positivo, que ayuda a borrar cualquier pero mantenido u observado en sus páginas. Es una novela que, a modo de resumen, se lee muy bien y que no te aleja de ese objetivo primordial de dejarse entretener.

Las reglas del juego, contiene una de esas historias que pronto se convierte en una promesa literaria, a la que recurrir sin miedo alguno, que aleja cualquier sensación de decepción y que te brinda esa lectura sencilla solo centrada en entretener y narrar aquellos elementos más definitorios y recomendables de una literatura romántica clásica repleta de dulzura, naturalidad y sentimentalismo a raudales.

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