Reseña. El último paraíso

El último paraíso, de K. Bromberg
Serie - S.I.N. 1
Editorial - Chic
Género - Romántica adulta
Puntuación ★★☆☆☆

A veces, la persona indicada se cruza en tu camino cuando más lo necesitas.

Iba a ser una noche de sexo sin compromiso. Pero, al día siguiente, Sutton, que es consultora, acude a conocer a su nuevo cliente y no puede creer lo que ve: los propietarios son tres gemelos idénticos, y uno de ellos es el misterioso chico con el que pasó la noche, ¡aunque no sabe cuál! Tras descubrir que se llama Callahan y que trabajarán juntos en un resort paradisíaco, él le deja muy claro que quiere más. Sutton también, pero ¿se atreverá a arriesgar su carrera por él?

 

Opinión personal🖉

Los libros de K. Bromberg, siempre exudan un atractivo patente en esas líneas explicativas que conforman su sinopsis. Sus tramas, de manera habitual, se convierten en esas apuestas cargadas de sencillez que, vendrían a aportar ese entretenimiento garantizado. Es pues, una opción segura tan solo confirmada por opiniones personajes previamente cosechadas en anteriores publicaciones. En esta nueva ocasión, su nueva trilogía, llama la atención desde el primer momento y se convierte en ese libro al que es fácil recurrir cuando se busca meramente la sencillez romántica de una historia exenta de complejidades desbordantes.

En líneas generales, El último paraíso es una novela fiel ejemplo del género en el que se incluye. La historia que aporta, no experimenta, ni mucho menos, con esa vieja formula literaria, persiguiendo el único fin de entretener y confirmar a esta escritora como valedora de nuestro tiempo y buenas opiniones. Que sea un libro tradicional o más bien típico, quizás llegue a restarle cierta importancia o peso en la valoración final, puesto que nada sorprende a un lector ya demasiado acostumbrado a este tipo de literatura y temática. Sus páginas, no hacen más que reflejar aquellos elementos y registros románticos que ya son viejos conocidos, en sus capítulos parece narrarse meramente esa mezcolanza de sensualidad y romanticismo descafeinado que nada arriesga.

El constante cambio de perspectiva entre sus protagonistas, sin duda alguna ayuda al lector, a conocer aquellas variantes que definen la personalidad de nuestros personajes principales. Su presencia, aunque pueda definirse como atractiva, sucumbe en ocasiones ante su relato sencillo. Los cambios temporales, justificados y necesarios para conectar con la trama principal, nos ayudan si cabe a conocer todas aquellas aristas que dan forma a los protagonistas y que les hace moverse alrededor de la trama. Puesto que se trata de la primera entrega de una trilogía, la función de este libro es clara, actuar a modo de prólogo dando a conocer a los personajes venideros. Sin embargo, quizás su contexto, se enreda demasiado en el detalle y su fuerza queda mermada en su propio relato e incluso, su conexión con el lector puede calificarse como débil.

Su autora, K. Bromberg cuenta con toda una serie de alicientes que llevan a justificar plenamente su elección. Su estilo, se identifica bien con la literatura erótica más reconocida, su sensualidad elegante casa bien con ese relato emocional y su naturalidad, además, conforma un ambiente sencillo que aporta comodidad. Pero, a pesar de dichos puntos favorables, se ha de advertir que su nuevo relato apenas logra enamorar, acorde a esas expectativas generadas previamente. Su nueva historia aporta poco dinamismo o giros argumentales que actúen de alicientes, el enamoramiento planteado parece poseer una escasa presencia dentro del propio argumento y la sensualidad, en esta ocasión, copa un relato que apenas va más allá del mero entretenimiento pausado.

Se ha de advertir también, que su ritmo favorece su lectura. Sus capítulos concisos y directos, conducen al lector hacia un final medido, pero ciertamente esperado. La escasa apuesta por la novedad, le hace ser un libro extremadamente pausado, lineal, con un transcurso acostumbrado, que no sorprende. Su sencillez, le hace contar con un paisaje literario plano, que no se aleja demasiado de lo convencional y, aunque su objetivo de entretener está sobradamente cumplido, deja huérfano a un espectador que, sin duda, esperaba algo más.

A modo de conclusión, decir que lo nuevo de la autora, aunque se trata de una nueva oportunidad de disfrutar de su estilo cuidado y medido, no enamora al lector deseoso de hallar esa novela que lo encandile. Su nula apuesta por un contenido que pueda resultar rompedora, le hace perderse entre aquellos elementos más característicos de la literatura adulta y su romanticismo se encuentra deslucido por un desarrollo demasiado atento a la sensualidad.