Saga – Priest 2
Editorial – VR
Género – Romántica erótica
Puntuación ★☆☆☆☆
Él lleva una vida de pecado y ella está comprometida con una vida de virtudSean Bell no es un buen hombre y nunca ha pretendido serlo. No cree en la bondad, ni en Dios, ni en ningún final feliz que no se pague por adelantado. Hay palabras para hombres como él: playboy, mujeriego o CasanovaCuando conoce a una preciosa chica universitaria en una recaudación de fondos, no tiene ningún problema en decirle exactamente qué cosas sucias quiere hacerle, hasta que se da cuenta de que es la hermana pequeña de su mejor amigo, Zenobia «Zenny» Iverson, que ya es toda una mujer. Y peor aún, está a punto de convertirse en monja Zenny, sin embargo, quiere estar segura durante su último mes de libertad. Asegurarse de que elegir a Dios es el camino correcto y, para conseguirlo, le pide a Sean que le muestre todas las tentaciones carnales que está dejando atrás. Incapaz de negarse, Sean se enamora de ella, en cuerpo y alma, y cuestiona no sólo la moralidad que ha evadido durante años, sino también su relación con el Dios con quien Zenny se ha comprometido. El único problema es... ¿qué pasa si Sean quiere que Zenny lo elija a él?
Opinión personal
Tras la expectación generada con esta saga, me era imposible
no apostar por ella. En vez de comenzar con el primero, me decidí finalmente a
leer el segundo porque el primero no me apasionaba mucho y prefería no
arriesgar, pero se debe advertir que los libros de esta saga son
autoconclusivos y se pueden leer de manera independiente, aunque la red de
personajes, son comunicantes en todos sus libros.
Pecador es un libro de gran originalidad, si
atendemos a su argumentación o más bien a la naturaleza propia de sus
personajes, puesto que la protagonista es una Postulante, es decir una futura
monja, lo que plantea cierto interés en la trama y en cómo esta se va
resolviendo, por tanto, su libro cuenta con una sinopsis cargada de gran
novedad, un soplo de aire fresco que se acoge con entusiasmo. Sin embargo, como
historia romántica quizás, aporta poco al lector debido a la importancia dada
por su autora al contenido puramente sexual en su trama, se trata pues de un
relato casi por entero erótico, gestando entre medias de él, una relación
basada en el amor, aunque esta no emociona debido a la escasa importancia dada
a la descripción de emociones y la casi inexistente madurez de las personalidades
en su proceso. A lo largo de sus páginas, se observa una sencillez poco
dada al detalle, repleta de escenas directas y por completo, explícitas, un
romance pues muy centrado en lo físico.
Respecto a sus personajes principales, hay aspectos en ellos
que están bien, como la historia personal y familiar de Sean, la enfermedad de
su madre aporta ese componente emotivo y complejo que se acoge bien y que
promueve que su historia sea vista como madura. Ambos personajes no se gestan a
través de grandes descripciones, apostando por entero a un tono liviano en su
construcción personal, sin rastro alguno de una profundidad destacable. A
simple vista son llamativos, pero su construcción y, con ello, su evolución
está poco estructurada y condimentada y, por tanto, apenas encandila. Sean y
Zenny, son una pareja con un pasado en común y una relación previa de amistad, que
si bien, sienta las bases de su romance, tienen complicaciones a la hora de
convencer al lector más tradicional de la romántica y es que, a pesar de ambos encajar
bien como pareja, lo cierto es que revitalizan ni la trama, ni el género.
Sierra Simone, es una autora que utiliza esta misma saga a
modo de presentación. Su estilo por entero recomendado por su sencillez,
está plenamente dirigido a los fans más leales de la novela erótica, y he ahí
su recomendación más merecida. Pecador es, sin duda, un libro que
sabe llegar a ese lector sin esfuerzos pero, sin embargo, para lectores como
yo, más puramente románticos, se trata de una historia a la que le cuesta
conectar con los sentimientos y, sobre todo, con esas etapas del enamoramiento
entre personajes. Es una autora que va a lo seguro y que se rodea de
clichés por entero predecibles para no decepcionar.
Uno de sus puntos más destacados es sin duda, lo ágil que
resulta su lectura. En un visto y no visto, se resuelve su historia, ya que
apenas hay altibajos que reseñar y todo es demasiado plano, sin giros que
resulten memorables. La autora ha apostado por la simplicidad, con un
romanticismo entendido como mero acompañamiento, en un relato de alto contenido
sexual, en lo que lo físico prima sobre los demás elementos, sin ir más allá de lo predecible, desprendiéndose de la emotividad. Cada uno de sus capítulos, narrados bajo un
único punto de vista, se valen de la concreción, para así, no resultar estos demasiado
extensos y leer su historia ágilmente. Lamentablemente, como lectora de
romántica, apenas me ha aportado entretenimiento y aunque ciertamente el estilo
de la autora me ha parecido bueno, esta saga de libros no es para mí, puesto que como ya he apuntado, como historia de amor, no me ha aportado nada.