Reseña: La norma Dixon, Elle Kennedy

La norma Dixon

Saga – Campus diaries 2
Editorial – Wonderbooks
Género – New adult
Puntuación ★★★★☆

A Diana Dixon se le presenta un verano movidito: es una animadora que está ensayando para un concurso de bailes de salón, hace malabarismos con dos trabajos y lidia con un exnovio que no entiende que ya no son pareja. Desde luego, no tiene tiempo que perder con Shane Lindley, su nuevo vecino, un jugador de hockey prepotente y con fama de rompecorazones. Para que la convivencia sea pacífica, habrá que instaurar algunas normas: nada de fiestas y, sobre todo, ningún contacto entre ellos.

Pero cuando Shane decide fingir que tiene novia para poner celosa a su ex, ¿quién mejor que su vecina descarada para interpretar el papel? Diana se muestra reticente, eso implicaría romper sus propias normas, pero al final accede. Aunque, claro, no esperaban la chispa que empieza a arder entre ellos… ¿Tendrán el valor de convertir su farsa en algo real?

 

Opinión personal

Elle Kennedy, vuelve a ofrecer al lector, una lectura de lo más entretenida, capaz de convertir la sencillez más acostumbrada, en una historia romántica tendente a superar las expectativas. Su nueva publicación, La norma Dixon, tiene como protagonistas a Diana y Shane, personajes con una presencia activa en el anterior libro de la saga y cuya previa presentación servía para sentar las bases de su propia trama y esperar con ello, un romance a la altura de lo que vaticinaban y es que en esta ocasión, la autora beberá de las fuentes de un viejo cliché, una relación falsa pactada entre ambos, que tendrá entre sus objetivos provocar los celos de la ex de Shane, pero que les llevará a una cercanía cada vez mayor y constante, fortaleciendo con ello una tensión sexual cada vez mayor entre ellos, hasta originar consigo una red entretejida de sentimientos realistas que convencen fácilmente.

Como es costumbre en la escritora, su romance se salpimienta de una sensualidad reconocida, que se integra bien en el relato y tiende a ser un complemento que no ensordece a otros elementos. Lo cierto, es que Kennedy ha sabido, una vez más, implementar el típico desarrollo de su trama, con sutiles matices enriquecedores que, sin duda alguna, alientan a seguir disfrutando de su estilo. La historia en sí misma, resulta una novedad que nada arriesga, pero que sin embargo convence en base a la construcción de escenas repletas de encanto, situaciones cómicas y una pizca de drama que hace de ella, una trama por completo adulta y madura, que le lleva a destacar.

Diana y Shane, son dos personajes principales a los que se le saca muy buen partido, tan mordaces que provocan sin esfuerzo, grandes sonrisas. Sus particularidades personales, hacen que casen bien y que, sobre el papel, convenzan. Su evolución, se centra en que los tiempos del enamoramiento sean creíbles, con una relación que va de menos a más, intercalando con ello la complejidad emocional,  personal y familiar. Su inicial enemistad, va transformándose hasta crear un romance cuidado y bonito, en el que los sentimientos estarán muy bien definidos. Su construcción es completa y, cada uno de ellos, recogen matices interesantes, lo que les ayuda a ser una pareja de lo más completa. La autora hace gala del detalle, pero sin caer en el exceso, para dar forma a sus personalidades. Diana será quien resalte más, ya que su complicada relación con su ex, le llevará a hacer frente a situaciones duras, que se resuelven bien aunque quizás, sus últimas páginas, adquieren un ritmo demasiado vertiginoso, sin detenerse lo suficiente en la resolución de tales hechos, en dar una respuesta que se afiance más, pero aún así, es todo un acierto contar con esta pareja tan atractiva argumentalmente, puesto que superan con creces las expectativas que pudieras generar con el anterior de los libros y te lleva, como lector asiduo a la romántica, alcanzar tu objetivo de ir más allá del mero entretenimiento.

Elle Kennedy siempre es sinónimo de gran entretenimiento. Sus historias con frecuencia, han llegado a alcanzar mi top de mejores lectura y es que, no hay nadie como ella para transformar la sencillez en algo único. Sus sport romances, siempre logran enamorar, así como sus personajes, lo que le lleva a nutrir sus escenas de sutiles elementos románticos que siempre resultan efectivos. Su elegancia, se entremezcla bien con su intención de resultar directa, lo que le lleva a construir diálogos que amenizan y que ayudan a leer con apetito voraz. Demuestra una vez más, que el hockey universitario es una fuente inagotable de romances, un entorno que lleva a confeccionar la versión de personajes con garra, capaces de capitanear giros argumentales lo suficientemente vistosos, pero sin la necesidad de reformular nada.

Su historia, está escrita bajo un ritmo realmente vertiginoso, lo que hace que te olvides del amplio número de páginas que componen su historia. Sus cincuenta y siete capítulos son concisos y eso hace que avances, preso de la trama, sin darte cuenta del tiempo. La escritora, que destaca por su evolución y que hace que su historia te acompañe suavemente hasta unas últimas páginas que cierran bien, aunque en esta ocasión su epílogo no da detalle alguno de interés. A pesar de que sus últimos capítulos aceleren en exceso su ritmo y eso cree la sensación de perder cierto enfoque en la historia, se trata de una novela ampliamente recomendable, que sabe hacer su magia y con ella, encandilar y enamorar incluso al lector más experimentado.