Editorial – Chic
Género – Romántica contemporánea
Puntuación ★★★☆☆ (3,5)
No es tan fácil irse cuando lo que se queda atrás… es tu corazónCuando la vida la golpea con fuerza, Josie decide dejar Nueva York durante un tiempo y refugiarse en Laurel Lake, el encantador pueblo de su padre. Allí espera encontrar paz, pero lo que encuentra es a Fox Cassidy: su hosco y atractivo vecino que gruñe más de lo que habla… y que no parece muy contento con su llegada.Entre miradas intensas, discusiones chispeantes y una atracción que crece día a día, lo que comenzó como una simple escapada se convierte en algo mucho más complicado. Él no es el tipo de hombre del que una chica planea enamorarse. Pero el corazón no siempre obedece a razones…
Opinión personal
VI Keeland vuelve a la estantería del lector, con un libro
que destaca por su sensibilidad, puesto que su trama exuda un alto nivel de
complejidad, lo que le lleva a rodearse de un componente dramático que, aunque
es sutil, acera su lectura al lector.
La autora, ha compuesto con este libro, un romance muy
cuidado en el que la elegancia y la sencillez van de la mano. En su desarrollo,
hay espacio para absolutamente todos los elementos que mejor definen al género,
haciendo que destaque de nuevo, el estilo de la autora y su apuesta en la
configuración de unos personajes principales, que tratan en todo momento de
distanciarse de alguna manera de tópicos, describiéndoles en base a unas
personalidades particulares.
Como historia de amor, es un libro que no solo cumple su
propósito como entretenimiento, sino que se trata de una lectura que
entremezcla el sentimiento más humano, con un toque levemente cómico,
llevándole a la creación de escenas divertidas. A modo de puzzle, el lector
debe juntar las piezas que poco a poco y de manera estudiada, van apareciendo
en sus capítulos, usando con ello el viejo recurso de los saltos temporales,
para así conocer de primera mano, los detalles decisivos del pasado que marca el presente de su protagonista. Su romance,
como viene siendo habitual, se salpimienta con un erotismo que apenas es
determinante en la evolución argumental, haciendo aparición cuando la atracción
y lo sentimientos ya se han formulado y configurado, es, por tanto, un elemento
más que nutre, sin acaparar gran atención, esto le hace ser un libro muy equilibrado.
Josie es una protagonista muy carismática, sus circunstancias
personales y su colorida personalidad, le lleva a protagonizar esas escenas mismas divertidas comentadas.
Aunque si bien es un personaje con una evolución un tanto plana y predecible,
es fácil sentir gran conexión con ella. Fox en cambio, es un coprotagonista muy
profundo, con una evolución mucho más marcada y adulta, su naturaleza taciturna
y herida, le hace estar escondido entre un mar de dolor, su personalidad plantea
incógnitas que irán resolviéndose bajo un ritmo constante y natural, que sirven para enganchar al
lector. Son una pareja cuyo romance es sanador.
Los libros de Vi Keeland, son siempre una opción de lo más segura,
puesto que nunca decepcionan. Sus historias habitualmente, se rodean de una
sencillez que resulta siempre amena, haciendo de ellas, opciones de
entretenimiento verdaderamente perfectas. Aunque si bien, posee un estilo que
trata de rodearse de cierto toque complejo, utiliza este como un recurso más, sin
hacer pesada su composición argumental. Nunca trata de ser rompedora, sino más bien definir los clichés que siempre enamoran al lector y es tal su habilidad, que no resulta negativo que sus tramas sean un tanto predecibles, sino que su presencia se hace recomendada por ser siempre efectiva en su intención de atrapar y enamorar desde el punto de vista de lo básico.
Es un libro de extensión ligera, una historia ágil perfecta
para un fin de semana. El intercambio constantes de perspectivas y el planteamiento
de su trama, haciendo que el pasado sea un personaje a tener en cuenta, le
lleva a ser un libro convincente que se lee a medida que se va generando una opinión de lo más positiva. Su sencillez, hace que este libro sea altamente recomendable, tras lecturas más densas, puesto que su naturalidad le lleva a hacer que los minutos se conviertan en segundos.


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