Reseña. Bon vivant

Bon vivant, de Elisabeth Bowman

Editorial – Titania
Género – Romántica histórica
Puntuación ★★★★☆

Michael Maellark es un dandi que se dedica a despilfarrar el dinero y a entregarse a la morfina, al alcohol, y como no, al sexo. Su vida es un desconcierto de estrepitosas situaciones, donde lucha por mantenerse en pie y seguir avanzando como un autómata. Antes hubiera intentado enmendar el caos que provoca, pero ahora ya no le importa. Siempre fue un consentido, pero desde que Cassandra lo dejó, cayó en el abismo. Céline Montfadal es una dama francesa, joven y muy acaudalada que se ha instalado en Londres durante algunos meses después de enviudar. Lo que nadie sabe es que se vio obligada a casarse con un hombre sesenta años mayor que ella, alcohólico y violento que la torturó. Céline había perdido la esperanza en la vida, pero entonces su esposo falleció, y ahora está decidida a ser libre y feliz. Tanto Michael como Céline intentan seguir adelante. El uno, porque está dispuesto a conseguir una conquista más, como si no tuviera suficientes problemas y la otra, porque no está dispuesta a perder el tiempo con galanes de medio pelo, no piensa renunciar a su libertad. Pero entonces, ¿por qué el destino se empeña en que sus caminos se crucen?

Opinión personal

Elizabeth Bowman es una autora que siempre se ha mantenido a la espera en mi lista de autoras por descubrir y a la que no recurría por falta de tiempo y espacio en mi estantería. Cada uno de sus libros cuenta con su correspondiente y efusiva recomendación por parte de los lectores, por lo que era difícil resistirse ante tal nueva oportunidad. Bon vivant, se presenta ante el público como una lectura perteneciente al género de la romántica histórica, una historia que despierta pronto las simpatías de aquel que decide leer su argumento en la parte posterior de su cubierta y es que no hay nada como los amores impredecibles, que son un puro acto del destino.

Michael Maellark, nuestro dandi particular y protagonista masculino, pretende romper cierto molde de personaje principal. Su papel, no será para nada un ejemplo de perfección, su estilo de vida y la manera propia de vivir le convierten en un personaje poco caballeroso y egoista, que solo busca las propias retribuciones de la vida y los placeres que ésta le de, en contraposición de Celine Montfadal. Nuestra protagonista es una mujer luchadora, que ha sufrido en su pasado y que está resulta a ser feliz y libre y en sus planes no entra ese galán y empedernido conquistador.

Ciertamente, la pluma de esa autora podría resulta particular y diferente. Sus diálogos y sus descripciones evocan enseguida ese viejo espíritu de romántica/o empedernida/o que vive en cada uno de los lectores. Este libro es una invitación clara a realizar un viaje en el tiempo hacia una época de bailes engalanados y la incansable búsqueda del conocido como “buen partido”. Debo decir que, para ser una carta de presentación, esta escritora me ha sorprendido con un estilo que pronto me ha trasladado a la escena, con la que me he sentido cómoda y con la que he disfrutado cual niña. Su construcción de la historia, así como su manera de darla forma, es fácilmente equiparable, aunque no igual puesto que cuenta con sus propios elementos identificativos, a la escritoras de antaño. Su elegancia, queda patente desde su primera páginas así como su pluma muy contestualizada y realista, haciendo así que sea más natural su relato.

La extensión de este libro es un punto a comentar puesto que influye nuestro propio ritmo de lectura. Se trata de una novela que bien pudiera calificarse como corta, aunque ciertamente intensa. No son muchos los capítulos que componen esta historia, por lo que su lectura se solventa sin grandes problemas. Como lectores, uno se siente tan cómodo que pierde la percepción de nuestro propio ritmo de lectura, haciendo que las horas desaparezcan para convertirse en meros segundos.

... —No volveré a permitir que ninguna otra se acerque lo suficiente como para rozar siquiera mi corazón.
—Pero ¿hablas de corazón? Desconocía que Michael Maellark gastara de eso. Creí que lo que albergabas bajo la camisa era una simple maquinaria capaz de hacer ruido, y poco más. ...

Como bien he dicho, Bon vivant es una recomendación maravillosa para despertar ese instinto de favoritismo hacia un género de otro tiempo y a la vez clásico. Elizabeth Bowman, cuenta con un estilo que convence sin esfuerzo y te transporta fácilmente hacia escenas en las que tú como espectador te conviertes en parte importante de la trama. Me ha sido difícil despedirme de esta historia, sus personajes y su historia de amor me han gustado tanto que siempre es complicado tener que decir adiós, pero por lo pronto aún me queda libros por descubrir de esta autora puesto que este era mi primera toma de contacto. Sin lugar a dudas, no puedo terminar la reseña sin decir nuevamente, que se trata de un libro que ha de ser leído de manera obligada, una historia nada decepcionante con la que disfrutar de un amor nacido de la espontaneidad y el azar, pero con cierto toque del destino.