Reseña. El efecto Graham, Elle Kennedy

El efecto Graham

Saga - Campus Diaries 1
Editorial - Wonderbooks
Género - New adult
Puntuación ★★★☆☆

Es la chica de oro, pero acaba de hacer un trato con el chico malo

Gigi Graham tiene tres objetivos: entrar en el equipo nacional de hockey femenino, ganar el oro en las Olimpiadas y alejarse de la alargada sombra de su padre, Garrett Graham, uno de los mejores deportistas de todos los tiempos. Para ello, necesita ayuda, y el candidato perfecto es Luke Ryder, uno de los nuevos capitanes del equipo de hockey de la Universidad de Briar.

Luke es bastante antipático, testarudo e insoportablemente atractivo. Pero tal vez los dos puedan salir ganando: Gigi mejora su juego y, de paso, le habla bien de Luke a su padre, que está buscando un ayudante para un campamento de hockey, y claro, trabajar con Garrett Graham sería un sueño hecho realidad.

¿Qué podría arruinar este plan? La química que surge entre ellos. Es un juego peligroso, pero a veces vale la pena correr riesgos.

Opinión personal

Elle Kennedy vuelve a hacer gala de su estilo, para volver a la estantería del lector con un new adult y un sport romance, que repite una vieja fórmula de entretenimiento. El efecto Graham, es el inicio de una nueva saga que está estrechamente relacionada con otras de la autora y que llevan por nombre Briar U y Off-Campus, lo que hace necesario respetar un orden de lectura prestablecido, puesto que solo así, uno podrá componer el mapa argumental de sus personajes al completo. A lo largo de todos sus capítulos, se construye una trama de gran sencillez en la que, de nuevo, el hockey vuelve a ser el escenario argumental perfecto, para ambientar un romance teñido de grandes dosis de sensualidad y cuyo aderezo maduro, le hace ser una lectura de lo más perfecta, si lo que buscas es un libro dinámico y suficientemente atractivo, con una construcción notable y una descripción directa.

A través de sus páginas, el lector será testigo de una historia de amor, desprovista de una complejidad excesiva, pero con una evolución correcta. Cada elemento tenido en cuenta en su argumento, destila una sencillez, que siempre es sinónimo de entretenimiento, ya que nada hay en ellos que engañe. Su autora, vuelve a relatar un romance en el que lo físico y lo sentimental, se entremezclan para construir esa burbuja de naturalidad. Su pequeña dosis de drama, hace que esta trama sea cercana y el acertado cambio de perspectivas entre personajes, logra que sea realista. Es una historia de amor bonita y, aunque no emociona del todo, sí que desprende ese aire de novela completa muy bien acogida, a la que recurrir sin miedo a pesar de sus puntos negativos, si lo que se busca es entretenimiento sencillo y volver a disfrutar del estilo de esta escritora. Es un punto positivo, reencontrase con viejos personajes, porque con ellos se revive su pasada historia de amor, iniciando otra que con gran facilidad, se hace un hueco en la memoria.

Gigi es la que encabeza esta historia, hija de uno de los personajes más míticos de la autora, Garrett Graham que, como su padre, siente gran pasión por el hockey. La alargada sombra de su padre y su fama, le hace ser una chica en constante lucha por demostrar lo buena jugadora que es. Tras la inesperada, ruptura con su novio, Gigi trata de centrarse en su objetivo de entrar en la selección nacional para así formar parte de los Juegos olímpicos y para conseguirlo, será capaz de entablar un acuerdo con Ryder, un chico taciturno recién llegado a Briar, después de que su universidad se fusionara con la de ella. Ambos establecen una especie de amistad, hasta que la atracción entre ellos los acerca aún más y es ahí, cuando comienzan una relación, sin que ambos pretendan ir más allá de dejarse llevar, pero todo cambia cuando los sentimientos se hacen más fuertes y el pasado de Ryder llama a su puerta.

Elle Kennedy vuelve a entablar una más que gratificante conexión con el lector. De nuevo su historia cala, aun cuando no recurre a giros argumentales demasiado armados y apuesta por lo lineal y es que su nueva historia es un cliché poco dado a sorprender. Aunque si bien se percibe cierto atisbo de complejas emociones, de la mano de su protagonista masculino, lo cierto es que es un libro muy básico, que solo trata de convencer. Quizás gran parte de su libro, se centra en exceso en relatar los encuentros sexuales entre sus protagonistas, y eso desluce, al menos un poco, el transcurso argumental de un personaje que bien pudiera haber mostrado mayores matices que los narrados, perdiendo también con ello, un nivel de detalle que tenía todo para encandilar. Pero aún así y, con ese evidente “pero”, es un libro muy efectivo, que cumple con su función a la perfección y que aleja del lector cualquier síntoma de decepción.

Es un libro ciertamente extenso, con un total de cincuenta y cuatro capítulos. A pesar de su apabullante número de páginas, se ha de advertir que es un libro que prácticamente se lee solo, ya que todo en él, gira alrededor de un ritmo muy ágil, que te hace avanzar rápidamente a medida que se va gestado una más que grata opinión de su historia. Aunque llega a advertirse un alto nivel de relleno en su historia, que desluce su trama central y obliga al lector a experimentar cierta desconexión, es un libro perfecto para pasar el rato y disfrutar de un romance lo suficientemente bonito como para engancharte.