Saga – Hermanos Holland 1
Editorial – Montena
Género – New adult
Puntuación ★★★☆☆
Un chico malo, guapísimo y tatuado con el que crucé varios insultos… ¿Y ahora quiere que le ayude?Knox Holland está metido en un buen lío. Tras un primer año fantástico en el circuito profesional de motocross, ahora mismo debería estar comiéndose el mundo… Pero, por culpa de su mala reputación, ha terminado sin equipo. Y está desesperado por ponerle remedio.Por eso se presenta en mi gimnasio para pedirme que lo entrene. Soy una gimnasta universitaria con dos medallas olímpicas a mi nombre, así que sé alguna que otra cosa sobre presión por conseguir el éxito. La temporada pasada titubeé y me lesioné antes de poder demostrarle al mundo que no estoy acabada ya a los veintiún años.Estoy centrada en el futuro: no puedo permitirme ninguna distracción. Sin embargo, reconozco la desesperación en los ojos de Knox, así que tampoco soy capaz de decirle que no.Debería haber sido un trabajo fácil, pero, con Knox, nada lo es. En cuestión de segundos, paso de discutir con él a disfrutar un poco demasiado cuando lo miro hacer verticales sin camiseta.Enamorarme de él sería un error…
Opinión personal
Burnout es un libro sencillo que narra un romance de lo
más básico, pero no por ello menos entretenido. Sabe cuáles son los
elementos más determinantes dentro de la narración, para lograr crear un clima
cómodo que anime a leer, sin necesidad de experimentar dentro del género,
elaborando una trama que sin sobresaltos te conduce a través de una evolución previsible,
pero también certera en su objetivo de conseguir que su elección aleje al
lector del aburrimiento.
Se trata también, del primer libro de una saga centrada en
los hermanos Holland, que han tenido que madurar a marchas forzadas tras la
pérdida de su madre y la inexistente presencia de su padre, una carta de
presentación que, sin duda, con la lectura de su argumento, llama la atención,
prometiendo con ello horas de lectura sosegada. Es, un sport romance que trata
por tanto de acariciar en parte cierto aura de dramatismo, pero sin beber del
todo de sus fuentes. La autora ha sabido muy bien componer su historia, sin la
necesidad de acercarse a la complejidad, solamente centrada en la confección de
un romance que combina con armonía, sentimientos y sensualidad, con escenas de
contenido spicy que no ensombrecen o restan espacio a lo importante. Se establece
cierto nivel de conexión con la trama, aunque si bien tiene dificultades para
configurar un recuerdo que permanezca con el paso del tiempo, lo que le hace ser un libro perfecto para dejarse entretener sin más.
Knox y Avery son personajes que no se alejan nada de lo
esperable y acostumbrado, sus personalidades no sorprenden y en cierta medida,
son muy lineales, lo que los lleva a no emocionar de manera completa ciertamente. Aunque es Knox
quien más es capaz de llamar la atención, debido a su complicada historia
familiar, lo cierto es que se trata de una pareja que representan bien el
cliché de chico conoce a chica y la tracción entre ellos es instantánea. Aunque
ambos encarnan bien las etapas del enamoramiento, sin llegar a incidir
demasiado en ellas, es palpable la falta de profundidad y madurez, los
sentimientos descritos entre ellos son de lo más sencillos, pero también de lo
más ideales, si el objetivo del lector es disfrutar de una trama desprovista de
enredados giros que hagan que su lectura sea pesada. La autora ha decidido que
ambos protagonicen su historia a partes iguales, con perspectivas individuales
que ayuden a componer el mapa argumental de manera completa, para que no quede
así fleco por pulir. Aunque en el terreno de lo personal apenas hay variación,
lo cierto es que es una pareja resultona.
Rebecca Jenshak posee un estilo de escritura que convence
por su ligereza a la hora de componer las escenas de su novela. Su prosa
directa y alejada de controversias y complicaciones, le hace ser una opción de
lo más válida y necesaria, puesto que su historia se hace de lo más
recomendable para un lector que solo pretende desprenderse del aburrimiento
cotidiano. Como primer libro, sabe convencer en base a su historia, pero
también a la previa descripción de futuros personajes. A pesar de los retazos
vislumbrados de dramatismo, lo cierto es que todo intento por destacar, queda
sepultado tras el objetivo principal de la autora por resultar sencilla y a la
par amena y es por ello, que no duda en echar mano de tópicos o de giros planos.
La sencillez de esta trama, hace de ella una lectura tremendamente ágil,
de giros argumentales planos, pero resolutivos, gracias a capítulos concisos y
una extensión respecto al número de páginas que no es ciertamente larga. Sin grandes
giros que aderecen su historia principal, se alcanza pronto su final, una
despedida previsible, muy en consonancia con el resto del libro, aunque quizás
su romance se cierra demasiado rápido, sin aristas que embellezcan su historia, llevándote a un epílogo que solo trata
de entonar un adiós que convenza en su conjunto, sin apenas brindarte grandes
detalles significativos.


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