Reseña. La noche que paramos el mundo y El día que encendimos las estrellas

La noche que paramos el mundo y El día que encendimos las estrellas, de Alexandra Roma

Bilogía - Fugaces pero eternos
Editorial - Planeta
Género - Romántica actual
Puntuación ★★★☆☆

Marina tenía la vida que creía desear. Ordenada. Segura.  Gris. Hasta que aquella noche que tenía que ser perfecta cayó el telón y todo voló por los aires. 

Noah vivía el presente. Despreocupado. Sin futuro. Con sus propias normas. Hasta que la solista de Al Borde del Abismo les dejó minutos antes de la actuación y tropezó con unos ojos verdes en un callejón.  

Deberían haber sido algo pasajero. Puntual. Un segundo en las manecillas de un reloj.

Llegaron los ensayos, el olor de la lluvia, los deseos que se sienten en la piel y la gira. Llegaron el miedo y las ganas.  

Porque que algo no sea perfecto no significa que no sea jodidamente especial.  

Porque a veces el corazón sigue sus propias reglas. 

Porque un segundo se convierte en infinito cuando logras detener el tiempo.  

Una banda de música. Dos polos opuestos que deben arriesgarlo todo.

Un amor tan efímero como un beso, pero tan eterno como una balada de rock.

 

Opinión personal🖉

Ambas historias, cuentan con una argumentación que llama la atención desde el primer momento. Sus tramas reflejan con sencillez, un toque profundamente dramático que no debe de pasar desapercibido para el lector, un romance adulto lleno de dolor, pero también de esperanza. Las historias de Alexandra Roma, empiezan a ser ya, un ejemplo evidente de dicha mezcla, un armonioso equilibro que copa horas de grata lectura y que, suelen ser sinónimo de recomendación.

Esta bilogía es, desde su inicio, una historia que encoje el corazón y que araña el alma. Se trata de un relato profundamente dramático, que se aleja de la propia e idílica idea del amor, tan perfecta y tan de ensueño. El dolor copa este relato, el reflejo de aquellas heridas que parecen no verse y que sin embargo, resultan desgarradoras. Son, por tanto, unos libros copados de un duro realismo marcado también por la elegancia más comentada de su autora, una crudeza correctamente argumentada y cuya evolución parece cercana y también, natural, bien acompasada de un ritmo perfecto teniendo en cuenta la naturaleza de su historia.

Alexandra Roma, es una autora a la que recurro con asiduidad. Sus historias, siempre han llegado a ofrecerme esa formula equilibrada de romanticismo, cercanía, crudeza, sensualidad y elegancia. Su apuesta por el romance más descarnado y realista, la convierte en una opción recomendada y, su estilo de escritura, confirma tal categoría. Sin embargo, en esta nueva ocasión, no he llegado a sentir del todo esa comodidad brindada en cada uno de sus relatos. Lamentablemente, su pluma literaria me ha llegado a parecer demasiado elaborada y sus diálogos algo menos livianos de lo acostumbrado, a lo que se debe de unir unos personajes con demasiada carga emocional que tiende a pedir al lector un descanso en su avance.

Ambos libros se envuelven en un ritmo pausado, mesurado y medido. Su narración contiene una evolución bien argumentada, como bien se ha apuntado ya, basada en aquellas sensaciones que acompañan a una corte de personajes de grandes personalidades. Sus historias, conforman un romance marcado por el crecimiento de sus protagonistas, por una superación personal que nos acompaña en cada página y una convivencia con aquel dolor presente desde el principio.

Como bien he dicho, se trata quizás de unos libros demasiado complejos, dotados de una excesiva carga emocional que desgasta a un lector más acostumbrado a un relato de naturaleza más sencilla. Cada personaje, cuenta con su propia historia, con su distintiva carga de emociones que han de desarrollarse y encontrar su final. Es una novela con la que sufres, una historia llena de significado que, ha supuesto para mí un reto del que no he salido tan victoriosa como me hubiera gustado.

A pesar de ser unos libros que vuelven a ratificar a su autora como una de las más recomendadas, siento que su historia no ha supuesto para mí esa elección acertada e inolvidable. No he conseguido sentir esa tan ansiada comodidad o ese entretenimiento anhelado, ambos son novelas con las que no he conseguido conectar, su relato está bajo mi entender, cargado de demasiado significado, plagado de diálogos llenos de complejidad argumental que desbordan y te hacen alejarte de su propio relato. Aun así, he podido disfrutar en parte de aquellos elementos que mejor definen el estilo de escritura de su autora y de un final que ha sabido captar mi atención.