Reseña. Tú, yo y la Super Bowl

18 de octubre de 2024

Tú, yo y la Super Bowl

Editorial - Planeta
Género - Romántica contemporánea
Puntuación ☆☆☆☆

Esta estrella del fútbol necesitará los movimientos correctos para superar las defensas de una preciosa pelirroja que se cruza en su camino…
Emerson: Tengo demasiado en juego en este trabajo como para llegar tarde en mi primer día pareciendo la ganadora de un concurso de camisetas mojadas, todo gracias al arrogante quarterback que conduce como si fuera dueño de la carretera. Hunter Browning cree que, como es famoso, puede arreglarlo todo con una sonrisa... Es demasiado perfecto y un peligro para si mismo. O para mí... 
Hunter: Pisar el charco de agua en ese momento fue mi mejor jugada desde que gané el Super Bowl. No es mi forma preferida de mojar a una chica, pero haré una excepción para Emerson. Tiene una lengua afilada y mucho carácter y sé exactamente cuál será mi próxima jugada: contratarla como mi agente inmobiliaria personal, salvar su trabajo y ver si puedo sacarla del mercado.
 

Opinión personal

Tracy Wolff vuelve a la estantería del lector con un cambio de temática. Su nueva novela, se incluye dentro del género de la romántica contemporánea y, con ello, busca ofrecer un distinto registro capaz de mostrar su buena mano con las historias de amor, más allá de la primera muestra de fantasía que llegó. La trama principal de este libro, a simple vista, exuda esa sencillez en ocasiones necesarias, tendente a narrar una historia sin más pretensión de la de entretener. Tú, yo y la Super Bowl, es un libro autoconclusivo, que se refugia en un cliché ya ampliamente reconocido, un sport romance que, a pesar de querer mostrar cierto nivel de atractivo en su argumentación, queda preso de un ritmo del todo lineal y falto de emoción. Se construcción romántica, quizás se queda atrapada más de lo recomendable, en una relación física basada en la atracción casi instantánea entre personajes, haciendo que pierda nivel de detalle la producción de sentimientos entre ellos y eso hace que estemos ante una novela con cierta falta de naturalidad y por tanto, al extremo predecible, que no se acerca para nada a lo que uno como lector, puede esperar de su lectura.

Sus dos personajes principales, capitanean esta historia sin recurrir ni un ápice a la complejidad. Sus sendas personalidades son una muestra de lo liviano, desprendiéndose para ello de un contenido que aportaría sin duda, algo de profundidad a sus figuras. Como lectora, no he conectado del todo con sus personalidades, ya que me han parecido distantes y, es que, a pesar del intercambio de perspectivas constante a lo largo del libro, a penas se les llega a conocer del todo, puesto que su nivel de detalle es, en ocasiones, mínimo e incluso imperceptible.  A pesar de querer brillar en ciertas escenas, como los previos encuentros entre ellos y la historia familiar escondida tras Hunter, no pude alejarme mucho de la sensación de decepción con esta historia.

Tracy Wolff en esta ocasión, se desprende de elementos de su estilo característicos en sus anteriores novelas. Su apuesta en exclusiva por la sencillez, le lleva a perder un nivel importante de particularidades, haciendo que su nuevo libro se antoje plano y falto de giros argumentales, que embellezcan su trama principal. A pesar de que sus escenas son directas y sus diálogos tienden en ocasiones a conectar con el lector, la falta de mayor dosis de emoción hace que este libro apenas se quede en la memoria.  Aunque pretenda ser una novela madura, apenas lo logra, aunque hay aspectos que sí la cercan, pero aún con todo ello, su falta de altas pretensiones, le hace ser una opción de lectura que solo pretende alejarte del aburrimiento y copar tus horas libres exclusivamente dedicadas a las lectura y, desde ese punto de vista, cumple con su objetivo, aunque no llegue a ser calificado como el mejor representante de la literatura de esta autora, que para mí y, a pesar de la opinión confeccionada aquí, sigue siendo una escritora totalmente recomendable.

Sí que es cierto, que debido a su falta de emoción y, por tanto, dramatismo, se trata de una lectura que se lee bien e incluso bajo un ritmo ágil, ya que no hay sobresaltos, ni dramatismo que aporten carácter a la trama. Su sencillez en exceso, sin embargo, también provoca, que no te mantengas en vilo y mucho menos muestres cierto interés en lo narrado. Se estructura en veintinueve capítulos, están elaborados de manera concisa, por lo que sus páginas pasan volando entre los dedos del lector. Cada uno de ellos, te conduce hacia un final en forma de epílogo, que es totalmente esperado y que no causa sorpresa alguna, puesto que es de la misma naturaleza que su relato central y es una despedida natural.

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